Hoy quiero hablar de un libro que luego fue llevado a la Pantalla con un gran éxito: «Marley y yo». Un amenísimo relato que más que nada es una historia de crecimiento y aprendizaje. Una historia que si en el cine es bellísima y conmovedora, lo es mucho más en estas páginas de John Grogan.
Marley es un juguetón cachorro de labrador que llegó al hogar de los Grogan cuando éstos eran una pareja de recién casados. Al tiempo que crecía hasta volverse un musculoso adulto de casi cincuenta kilos, los va acompañando en la evolución de su vida familiar: un embarazo frustrado, tres hijos, dos traslados de domicilio, cambios laborales... Y aunque no era fácil convivir con un animal tan activo, optimista y leal, además de ser un verdadero huracán destructor, Marley llegó a convertirse en un elemento crucial de la familia sin llegar a sustituir a ninguno de sus miembros y sin dejar de ser tratado como una mascota. Sin sentimentalismos falsos y con una notable dosis de buen humor, John Grogan nos brinda la crónica de unos años únicos, vividos junto a un ángel incansable, retozón, babeante, con tendencia al hurto y fobia a las tormentas, porque si bien Marley nunca fue un perro modelo como aquellos recordados «Lassie» o «Rin-tin-tin», enseñó a sus dueños la lección más importante de la existencia: el don del amor incondicional.
John Grogan,
"Marley y yo",
Editorial Circe,
352 páginas
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