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martes, 24 de julio de 2012

Cápsula Bíblica 526

Toda lectura es directamente un ejercicio de la inteligencia. Por la lectura entramos en contacto con las ideas contenidas en los escritos de otro o de otros, las cuales vienen a hacerse en algún modo nuestras y muchas veces influyen en nuestro ser y quehacer. Cuando en la lectura de la Sagrada Escritura encontramos esas enseñanzas, esos ejemplos, que pueden influir en nuestra vida y las dejamos entrar en nuestro corazón, pasamos casi de inmediato al acto de ejercer la voluntad, el «querer», para dejar que aquellas ideas penetren en nuestro corazón y transformen nuestro ser y quehacer orientándonos hacia Dios.

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