El hombre y la mujer de fe experimenta algo
de la existencia personal de Dios cuando la naturaleza, la
amistad, el amor, las luchas, la meditación o la alegría nos llevan a comprender
un significado o un propósito que va más allá de la superficie. Eso es lo que vemos en cada uno de los personajes de la Sagrada Escritura; hombres y mujeres de carne y hueso como nosotros, y en la misma búsqueda de la voluntad de Dios.
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