La Sagrada Escritura es para el católico como una buena película: aunque ya se sabe de qué trata y se tiene claro el final, se disfruta más y más cada vez que se vuelve a ver. Una de las claves importantes para acercarse a la Biblia es conectar lo que se lee con lo que se vive con los hermanos y amigos. El ferviente amante de la Biblia habla de lo que lee y hace vida lo que lee.
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