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viernes, 14 de abril de 2017
Cápsula Bíblica 2245
Leyendo la Biblia, vemos que cada creyente puede producir dos clases de frutos en su vida, pero sólo una clase será evidente en su tiempo. Recuerda, como que como cristiano, tú puedes producir uno de estos frutos, dependiendo de tus deseos. Puede ser el fruto de la carne o el fruto del Espíritu. El fruto dependerá de quien tenga el control de tu vida. «Anden en el Espíritu y no satisfagan los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne» (Gálatas 5,16-17).
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