Interpretar un texto bíblico no es sólo cuestión de técnicas (exégesis), sino de actitud. Es decir, el lector necesariamente va a implicado en su lectura con todo lo que lees y con todo lo que él piensa. Así un texto leído no será igualmente comprendido por un cristiano que por un pagano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario