La Lectio Divina, la lectura orante (orans lectio) de la Sagrada Escritura es la lectura y meditación de la Biblia en comunión con la Iglesia, es decir, con todos los grandes testigos de esta Palabra, desde los primeros Padres hasta los santos de hoy, hasta el Magisterio de hoy (cf. VD, 86). El Papa Benedicto XVI, en la Exhortación Apostólica Postsinodal VERBUM DOMINI, sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, anima a la formación de pequeñas comunidades entorno a la meditación de la Biblia. 2. La Lectio Divina más que un método de lectura, es una EXPERIENCIA DE ENCUENTRO CON EL SEÑOR.
«Si se promueve esta práctica (Lectio divina) con eficacia,
estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia»
(Benedicto XVI, Papa Emérito).
La «Lectio Divina» consta de los siguientes pasos:
1. LECTURA ¿ Qué dice el texto? ¿De qué habla? Este paso requiere atención y conciencia de escuchar a Alguien : la persona viva que habla es Dios mismo. Debemos leer y releer atentamente, hasta que hayamos entendido bien todo su contenido. Se trata de poner de relieve las partes más importantes: el contexto, los personajes, el ambiente, los sentimientos, las imágenes, los símbolos, los verbos, los paralelos, el mensaje central.
2. MEDITACIÓN ¿Qué nos dice el texto? La meditación subraya el esfuerzo que hacemos para actualizar el texto e insertarlo en el horizonte de nuestra vida y nuestra realidad, tanto personal como comunitaria.
10. ORACIÓN ¿Qué nos hace decir el texto? Luego de haberle escuchado soy yo quien se dirige a Él. La oración no es un método, es un “anhelo de de Dios”. Es el momento de permitir a nuestro corazón hablar con Dios.
11. CONTEMPLACIÓN ¿A dónde me lleva el texto? Es el momento del silencio, de adoración, de mirar con ojos de admiración el misterio de Dios-Padre, el de Jesús-Amigo y el del Espíritu-Amor para inspirar la vida en la Palabra.
Sólo quien conoce la Palabra puede convertirse
en discípulo misionero de Jesucristo.
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