Se puede decir que Ralph Vaughan Williams (1872-1958) puede considerarse como el gran compositor nacionalista inglés. Sus influencias folclóricas siempre están coloreadas por un lenguaje sinfónico muy personal. Se separó del modelo alemán para construir un estilo propio, sin tomar nunca en consideración las modas musicales de su época y compuso varias sinfonías.
Hoy les invito a escuchar su «Sinfonía Nº 5 en re mayor», una obra que fue empezada en 1938 y terminada mucho tiempo después, porque su continuación se vio interrumpida, en parte por la guerra y por la composición de música para el cine que ocupaba bastante tiempo al compositor. También había estado trabajando en su ópera «A Pilgrim’s Progress», un proyecto que entonces, en plena guerra, era irrealizable. La obra se estrenó finalmente el 24 de junio de 1943 en el Royal Albert Hall de Londres, en uno de los Promenade Concerts bajo la dirección del propio compositor.
La obra está orquestada para una orquesta normal, con piccolo, corno inglés, pares de trompas, trompetas, trombones, timbales y cuerda y madera por duplicado. El autor dedicó la obra a Sibelius como dijo él mismo, sin su permiso.
Esta obra recuerda el estilo contemplativo y plácido de la tercera sinfonía de Vaughan —de la que ya hablaré después—, y se sitúa muy lejos de la agresividad de la cuarta. El compositor tenía 70 años cuando se estrenó su quinta sinfonía y algunos pensaron que se trataba de su testamento final. No podían sospechar entonces que el compositor, al contrario de lo ocurrido con Sibelius, escribiría cuatro sinfonías más.
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