Britten desarrolló una estrecha amistad con los músicos rusos Dmitri Shostakóvich y Mstislav Rostropóvich, colaborando musicalmente con ellos. Recibió la Orden de Mérito del Reino Unido en marzo de 1965.
En su última década, la salud de Britten —especialmente su corazón— se fue resintiendo progresivamente. De sus últimos trabajos cabe destacar las óperas Owen Wingrave (1970) y Muerte en Venecia (1973), así como la dramática cantata Phaedra (1975), compuesta para Janet Baker. El 2 de julio de 1976 recibió el título de Barón Britten de Aldeburgh, en el condado de Suffolk, convirtiéndose, así, en el primer músico o compositor que recibió un título nobiliario. Es considerado, con plena justicia, como el gran continuador de la tradición operística inglesa iniciada por Purcell tres siglos atrás.
Falleció el 4 de diciembre de 1976, de insuficiencia cardíaca, en su casa de Aldeburgh. Fue inhumado en la iglesia de San Pablo. La tumba de su pareja, Sir Peter Pears está junto a la suya.
Esta vez les invito a escuchar de Benjamin Britten el «Concierto para violín y orquesta, Op. 15»
En 1935, Britten había encontrado trabajo como compositor de soundtracks para una serie de filmes documentales producidos por la Oficina General de Correos de la Gran Bretaña. Ahí se encontró con el poeta W. H. Auden, con quien colaboró en el proyecto cinematográfico, y con quien desarrolló una cercana amistad. Además de sus coincidencias estéticas y espirituales, Britten y Auden compartieron puntos de vista políticos e ideológicos, que incluían un descontento generalizado con la situación en Inglaterra. Poco después de que Auden emigrara a los Estados Unidos, Britten siguió el mismo camino y emigró junto con el destacado tenor inglés Peter Pears.
El mismo año del inicio de su autoexilio, 1939, Britten terminó la redacción de la partitura de su Concierto para violín y orquesta. Un antecedente importante de esta obra puede ser localizado en Barcelona en 1936. Britten fue invitado al Festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea, donde presentó su Suite Op. 6 para violín y piano. El pianista fue el propio Britten, y el violinista fue el español Antonio Brosa, amigo cercano de Frank Bridge (1879-1941), el más importante maestro de Britten. Fue precisamente para Brosa que Britten compuso el «Concierto para violín Op. 15».
En este concierto Britten produjo una estructura altamente original en la que solo el lírico primer tema regresa, en una indisputable tónica de re mayor, mientras que la exposición ha sido más una revuelta en contra de la tonalidad de fa mayor que una definición. Una serie de variaciones que ya no son piezas características, son acumuladas en una enorme passacaglia final, que en su regreso a re mayor suena una nota de atrevida sencillez que prefigura el estilo de Peter Grimes.
Es posible suponer que las referencias explícitas a ciertas cuestiones armónicas en este texto de Evans quizá pueden ser una defensa del compositor en contra de la crítica que en su momento calificó la música de Britten como ásperamente atonal, lo cual está lejos de ser estrictamente cierto. Lo que sí es un hecho es que en los últimos compases del Concierto para violín se puede percibir una sutil y muy atractiva inestabilidad (o indefinición) armónica. Antonio Brosa fue el solista en el estreno del Concierto para violín Op. 15 de Benjamin Britten, realizado el 28 de marzo de 1940 con la Orquesta Filarmónica de Nueva York dirigida por John Barbirolli.
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