Sergéi Rachmaninov (18731-1943), fue un compositor ruso que de niño pertenecía a la aristocracia rusa, cuyos blasones se remontan hasta el siglo XV. Por mucho tiempo su familia fue una familia acomodada hasta que el padre de Sergéi dilapidó la fortuna familiar debido a malas gestiones financieras, el juego y asuntos de faldas. En tales circunstancias, tuvieron que abandonar sus fincas y trasladarse a un pequeño departamento en Moscú, en 1882. Al año siguiente, el padre abandonó a la familia. Sergéi tenía en ese entonces diez años.
Veinte años después, Rachmaninov se había graduado, había formado ya una familia, y era reconocido como excelente pianista y director de orquesta en el Teatro Bolshoi. Aqunque la situación económica no era de las mejores, la familia aun exudaba un cierto aire aristocrático. Ello explica que los vientos revolucionarios no fueran de todo el agrado de Sergéi. En 1906, marchó con su familia a Dresde, donde permaneció tres años. Tras el estallido de la revolución en 1917, salió en gira por Escandinavia, y en noviembre del año siguiente embarcó desde Oslo con la familia en dirección a Nueva York.
El compositor nunca regresó a su patria, a pesar de viajar año con año a Europa, en extensas giras, o sencillamente, a pasar los veranos. Por otra parte, su vida en los Estados Unidos no podía descansar en la composición, de modo que debió incrementar enormemente su repertorio y lanzarse a conquistar América como pianista, lo que desde luego cumplió con creces. Ello explica también que, siendo autor de más de cien obras de distinto género, en América apenas haya completado seis en veinticinco años. Alguna vez escribió: «Al dejar Rusia, dejé atrás mi deseo de componer: al perder mi país, me perdí también a mí mismo».
La obra que ahora les invito a escuchar: «Danzas Sinfónicas, opus 45» es una suite en tres movimientos, completada en 1940, tres años antes de su muerte. Es su última obra y también la única escrita enteramente en los Estados Unidos. Su nombre sugiere que tal vez pudiera ser danzada y por ello el compositor hizo arreglos con el coreógrafo ruso Mikhail Fokine para crear un ballet. La muerte del coreógrafo en 1942 no lo hizo posible. Las Danzas evocan la nostalgia de la Rusia que el autor conoció, al tiempo que nos muestran la fascinación de Rachmáninov por los temas eclesiásticos.
El estreno de esta composición tuvo lugar en enero de 1941, con la Orquesta de Filadelfia bajo la dirección de Eugéne Ormandy, a quien el compositor invitó a dirigir debido a su delicado estado de salud. Rachmáninov la escuchó complacido, desde un balcón. Mientras componía la versión orquestal, el compositor escribió un arreglo para dos pianos, estrenado por su amigo y compatriota Vladimir Horowitz y él mismo, en el verano de 1942, en una velada privada en su casa de Beverlly Hills, California.
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