Me complace recomendarles esta semana un libro excepcional. Se recoge en él una serie de cartas, cuarenta en total, del Papa Juan Pablo I (Albino Luciani), cuando era Patriarca de Venecia. Se trata de una serie de cartas dirigidas a los más dispares personajes de la historia y la ficción literaria: Dickens, Mark Twain, Figaro, Mr. Pickwick, Petrarca, Goethe, San Bernardino de Siena, Hipócrates, Chesterton, Pinocho, Teresa de Avila, Marconi, Quintiliano, Penélope, Maria Teresa de Austria....
«Maestro de fe limpia, sin cesiones a modas pasajeras y mundanas. Trataba de adaptar sus enseñanzas a la sensibilidad de la gente, pero conservando siempre la claridad de la doctrina y la coherencia de su aplicación a la vida»: así describía el beato Juan Pablo II a su predecesor y, precisamente, en este libro se deja ver de esta manera.
Con un lenguaje periodístico y ágil, lleno de frescura y espontaneidad popular, el Siervo de Dios analiza en esas cartas los problemas de la vida moderna y nos habla de Dios y del hombre, del amor, de la vida y de la muerte, siempre con un espíritu amigable y conciliador, absolutamente fiel a la enseñanza del Evangelio.
El Papa Albino Luciani, cuando era Patriarca de Venecia, quería empezar a escribir estas cartas y poco tiempo antes de la navidad no sabía a con quien empezar. Una mañana como era su costumbre tomó el periódico y lo leyó. Vio la noticia de la publicación de las obras de Charles Dickens y esto le llamó la atención. Así que decidió escribirle a él primero... así empezó el libro.
Esta primera carta empieza recordando el amor de Dickens hacia los pobres y el entendimiento de el tema de la pobreza en sus obras ya que el mismo escritor había vivido en esas condiciones, él trabajaba desde muy pequeño en una fábrica de barnices y los fines de semana iba a visitar a su padre quien vivió en la cárcel por décadas. El Siervo de Dios recuerda a uno de los personajes más reconocidos de las obras de Dickens, el usurero Scrooge; quien sólo tenía preocupaciones por el dinero y los negocios. El Papa dice a Dickens que después de 130 años, las condiciones de miseria e injusticia han sido remediadas aunque no del todo; con esto refiere a los obreros quienes por medio de los sindicatos logran hacerse oír. Luciani termina esta carta dando ejemplos de problemáticas actuales y la unidad necesaria de los hombres para superarlas y así, en cada una de las 40 cartas destaca una enseñanza del ayer al hoy. ¡No dejen de leerlo, es una maravilla!
"Ilustrísimos Señores" Cartas del patriarca de Venecia,
Editorial: B.A.C. [Biblioteca de Autores Cristianos]
Madrid 1978
326 páginas.
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