sábado, 23 de marzo de 2013

Cápsula Bíblica 767

El Concilio Vaticano Segundo le habló a la Iglesia de hoy cuando proclamó: «Por tanto, toda la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir por la Sagrada Escritura. En los libros sagrados, el Padre, que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos. Y es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual.» (Constitución dogmática sobre la divina revelación, 21).

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