Hay libros que fueron editados por primera vez hace muchos, muchísimos años, cientos de años, como es el caso de «Del aprecio y estima de la Divina Gracia», de Juan Eusebio Nieremberg. Hay ediciones de los años 20's de este libro. Yo he dado con una mucho más reciente. El título original de este libro que es un tesoro de espiritualidad ascética y mística es bastante largo: «Del aprecio y estima de la gracia que nos mereció el Hijo de Dios con su preciosa sangre y pasión».
El autor, Juan Eusebio Nieremberg y Ottin (Madrid, 9 de septiembre de 1595 - ibíd. 2 de abril de 1658), fue un humanista, físico, biógrafo, teólogo y escritor ascético español perteneciente a la Compañía de Jesús que, como escritor, poseyó una elegante prosa castellana, todavía pura, desenvuelta y clara en el siglo del conceptismo, amena y algo recargada, al gusto barroco, de antítesis, paronomasias y juegos de palabras, pero sin los excesos culteranos de Paravicino y con un cierto buen gusto y brillantez para la metáfora y el ejemplo.
Entre sus obras ascéticas destaca especialmente «Diferencia entre lo temporal y eterno» pero también es muy importante este libro «Del aprecio y estima de la Divina Gracia».
Este libro fue escrito en 1638 y con él el lector aprenderá exactamente qué es la Gracia, cómo «funciona», cómo refresca al alma cansada, cómo se puede adquirir, cómo se puede perder, hasta qué punto tan alto le puede llevar por el camino del desarrollo espiritual. Es una magnífica lectura en contra de la cultura de la muerte ya que el autor recorre las bellezas de los dones que obtenemos de la gracia, de los auxilios con que Dios previene con santos pensamientos, ayuda al alma para que haga buenas obras y viva. Con la gracia Dios la hace agradable a sí, amiga, e hija suya, comunicándole con ella el Espíritu Santo. La gracia es que Dios nos bendiga a pesar de que no lo merezcamos, es la bondad que se extiende a quienes no la merecen. El hombre no merece de sí nada de Dios, Dios no nos debe nada. Todo el bien que experimentamos, es el resultado de la gracia de Dios: la gracia es simplemente un favor inmerecido. El autor nos hace recordar que Dios nos da cosas buenas que no merecemos y que nunca podríamos ganar: recibimos por gracia la salvación, el perdón de los pecados, una vida abundante y una eternidad en el cielo: el lugar más maravilloso imaginable. Que grandísimas y preciosas promesas nos ha dado Dios, para que por ellas nos hagamos partícipes de la naturaleza divina en esta vida y podamos verlo en la eterna.
Juan Eusebio Nieremberg,
"Del aprecio y estima de la Divina Gracia",
Ed. Ivory Falls Books,
605 páginas.
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