Erich Wolfgang Korngold (Imperio austrohúngaro -actual República Checa-, 29 de mayo de 1897 - Los Ángeles, EE. UU., 29 de noviembre de 1957), fue aclamado como niño prodigio por gigantes como Strauss, Mahler o Zemlinsky, y sus obras eran estrenadas por los mejores intérpretes del momento. Ya he hablado de él y de una de sus obras.
Para quien escucha música clásica hoy, Korngold es, injustamente, un artista menor, cuando no un gran desconocido, pero en su momento su nombre fue comparado al de Mozart ya que sus primeras composiciones datan de sus seis años de edad.
Erich vivía en Viena y era judío, por lo que se vio forzado a emigrar en 1935 a los Estados Unidos. Con un contrato excepcional, la libertad de elegir película y con toda la libertad creativa para componer, desarrolló una brillantísima carrera como músico de películas de Hollywood, actividad con la que llegó a ganar dos premios Oscar a la mejor banda sonora original, uno por El caballero Adverse de Mervyn LeRoy, y otro por Las aventuras de Robin Hood de Michael Curtiz. Esta última obra ya la he comentado.
Para cuando terminó de escribir su Concierto de Violín en re mayor, op. 35 en 1945, Korngold había trabajado durante once años en el cine. Había terminado la Segunda Guerra Mundial y el mundo había cambiado, y con él la música de concierto, en la que dominaba la atonalidad, el dodecafonismo, el serialismo y la música concreta.
Sin embargo, Erich Wolgang Korngold se mantenía fiel al lenguaje musical del posromanticismo malheriano, un lenguaje que dominaba y con el que contribuyó a la consolidación del Sinfonismo Clásico Cinematográfico que tanto influiría en la composición de este Concierto para Violín, pues cada uno de sus movimientos está construido con temas provenientes de la música que había creado para distintas películas.
Y es que su interés inicial en la música para cine se fue desvaneciendo y para 1946 tomó la decisión de abandonar Hollywood y dedicarse de lleno a la música de concierto. El primer paso en esa dirección lo dio ya en 1945, cuando revisó un concierto de violín que compuso entre 1936 y 1939 usando temas de cuatro de sus bandas sonoras (un autoprestamo posible, recordemos, gracias a las condiciones privilegiadas de su contrato, que le reconocían derechos sobre su música). Finalmente, el Concierto en Re mayor, Op. 35 se estrenó el 15 de febrero de 1947 en Saint Louis (Missouri), con el célebre Jascha Heifetz al violín.
El concierto está estructurado en los habituales 3 movimientos, un primero (Moderato nobile), en forma sonata, un segundo (Romance) en forma ternaria de carácter más cantable, y un tercero (Finale) rápido y virtuoso.
¡Disfruten de esta bella música!
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