La Sinfonía nº. 3, con órgano, op. 78 de Camille Saint-Saëns (París, 9 de octubre de 1835-Argel, 16 de diciembre de 1921) es una sinfonía en do menor, compuesta a la memoria de Franz Liszt y estrenada en 1886, bajo la batuta de su autor, en los conciertos de la Royal Philharmonic Society.
La instrumentación de esta hermosa obra es amplia, usando además de la cuerda habitual, tres flautas, dos oboes, un corno inglés, dos clarinetes, un clarinete bajo, dos fagots, un contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, una tuba, tres timbales, triángulo, un par de platillos y un bombo. Además a esta instrumentación se añade el órgano y un piano, tocado a dos o a cuatro manos. La obra está dividida en dos secciones, cada una conteniendo dos partes, con lo cual se crea la forma tradicional de cuatro movimientos.
Después de una breve introducción en adagio, aparece el allegro moderato con parte del tema principal parecido al Dies irae, una melodía asociada con la muerte. El tema será el motivo principal de toda la obra. El segundo tema es derivado del mismo motivo. Estos temas se transforman durante la sección de desarrollo. El final se encadena con el segundo movimiento, poco adagio, el más conocido debido a la romántica melodía de su tema principal. Es presentado por la cuerda con los acordes del órgano. Cuando el tema es tomado por la madera varía su dinámica haciéndolo más enérgico. Luego vuelve al tema original y antes de terminar encontramos una brillante interpretación de la madera apoyada por el órgano.
La segunda parte empieza con un scherzo, presentando un tema agresivo y enérgico, una variación del tema principal de la obra. En el trío entra el piano con rápidas escalas y arpegios. Vuelve el scherzo y cuando parece que se va a repetir el trio se introduce un nuevo tema interpretado por los bajos, derivado también del principal. El movimiento final se interpreta sin interrupción. Empieza en modo maestoso con un poderoso acorde del órgano. Vuelve el tema principal todavía mas parecido al Dies irae. Después de una breve frase más tranquila, el órgano se une a la orquesta en una brillante interpretación del tema. Después de la sección de desarrollo, la sinfonía termina con una solemne coda, de modo esplendoroso, en un luminoso do mayor.
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