sábado, 10 de septiembre de 2011

Cápsula Bíblica 208

Acostúmbrate a leer diariamente y despacio uno o varios capítulos. Esta lectura constante y meditada de la Biblia terminará por convertirse en una especie de necesidad o alimento diario para tu espíritu. Busca el momento y el lugar más adecuado para leer, aprovecha tus espacios de tiempo libre entre trayectos o esperas.

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