domingo, 27 de marzo de 2016

«Obertura de la gran Pascua rusa» Op 36... Música para Pascua de Nikolai Rimski-Korsakov

¡Felices Pascuas de Resurrección a mis 14 seguidores! Cristo ha resucitado y nos trae esperanza de vida nueva. Es Domingo de Fiesta, la fiesta más grande en la Iglesia Católica y hay que celebrar Pascua también con música y quiero hacerlo compartiendo una obra del compositor y director de orquesta ruso Nikolai Rimski-Korsakov (Tichvin, 1844 - Lyubensk, 1908). 

Se trata de la «Obertura de la gran Pascua rusa», una pieza compuesta en 1888 y que lleva el subtítulo de “Fiesta brillante” como se denomina la Pascua en Rusia. Rimski-Korsakov fue miembro del famoso grupo de los cinco junto con Balakirev, Borodin, Cui y Musorgski y se puede afirmar que fue el que mejor preparación tuvo desde el punto de vista técnico, aunque, como en los casos de sus compañeros, su dedicación a la música no fuera en sus inicios profesional. Como los demás músicos de su generación, buscaba plasmar en sus óperas un carácter más auténticamente ruso en los temas y la música que sus predecesores. Parte de personajes de la poesía popular, de viejos cuentos, de ritos eslavos, de temas legendarios fantásticos y del romanticismo de Oriente y trata la ópera con gran variedad de estilos y riqueza musical. Pero también se ocupa de temas en los que la tendencia política se manifiesta claramente, como en El gallo de oro (1906-1907).

Rimski-Korsakov, ateo declarado, escribió que quería capturar, en una composición, la transición de la solemnidad y misterio de la Pasión a la fiesta del domingo de Pascua, y así nació esta obra en la que el compositor, como dice en su autobiografía, está dispuesto a reproducir la legendaria tradición y el «aspecto legendario y pagano de la fiesta con la transición de la solemnidad y el misterio de la noche de la Pasión del sábado a las desenfrenadas celebraciones pagano-religiosas de la mañana del domingo de Pascua». Rimski-Kórsakov siempre tuvo un gran interés en los temas litúrgicos y su música.

La obertura también pinta con gran colorido la explosión de luz al final de un invierno ruso. La obra está orquestada para una orquesta romántica compuesta de 3 flautas (1 doblando el flautín), 2 oboes, 2 clarinetes en do, 2 fagotes, 4 trompas en fa, 2 trompetas en si bemol, 3 trombones, tuba, 3 timbales en la, re y sol, percusión (glockenspiel, triángulo, platillos, caja orquestal, gong), arpa y cuerda. Las melodías de esta obertura están tomadas mayormente de la liturgia de la Iglesia ortodoxa rusa, sobre la base de una antigua colección de cantos llamados Obikhod. Rimski-Kórsakov incluye varias citas bíblicas en la partitura para guiar al oyente así como su intención, incluyendo el salmo 68 y el Marcos 16, que a partir de 1848 se habían vuelto obligatorios en las iglesias rusas. Estos motivos se perciben de entre el brillante tejido musical de la orquesta.

Al igual que mucha de la música rusa, se entrelazan en esta obra componentes nostálgicos y melancólicos muy sutiles y bastante bien desarrollados , ideas de grandes extensiones espaciales de frío o frescor, de soledades y de fiesta; más allá del significado concreto de una composición en particular, la «Obertura de la gran Pascua rusa» toma un motivo y se vuelca hacia grandes tópicos sonoros ayudándonos a pasar de la Pasión a la Pascua. Nuevamente... ¡Felices Pascuas!

Con la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simon Bolivar dirigida por Rafael Payare:


Otra brillante interpretación con la Mariinsky orchestra de Rusia, dirigida por Gergiev Ulianovsk:

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