
En aquellos ayeres, el compositor Carlos Chávez (1899-1978) era director del Departamento de Bellas Artes de la SEP e invitó a Silvestre a componer la música que inicialmente él iba a crear, pero debido a sus múltiples compromisos administrativos se lo impidieron y por eso la tarea terminó en manos de Revueltas, quien ya había compuesto algunas de sus obras más importantes (Ocho x radio, sus cuatro Cuartetos para cuerdas, Janitzio, Esquinas, la Danza geométrica) y se perfilaba como uno de los más interesantes músicos mexicanos, pero nunca había compuesto una partitura para cine.
La partitura de «REDES» es uno de los trabajos más sólidos y preponderantes de Revueltas. Se trata de una composición compleja llena de texturas sonoras vigorosas que, debido al escaso diálogo presente en la película, termina por adquirir un papel protagónico cuya grandeza radica en que no se limita simplemente a ilustrar lo que sucede en la pantalla —como el famoso hipnótico golpe de remos emulado por las cuerdas a lo largo de la obra—, sino que trasciende las imágenes y otorga coherencia y unidad a la –por así llamarla- «psicología» de los personajes. Así por ejemplo, mientras la fascinante fotografía de Paul Strand nos muestra el agotador esfuerzo de los pescadores trabajando, la inquietante música de Silvestre Revueltas nos hace palpable la furia contenida ante el abuso y la injusticia.
En una época en que la música compuesta expresamente para las películas sonoras avanzaba con pasos un tanto torpes e inseguros, Revueltas se mueve con inusitado desenvolvimiento a través de las imágenes y hace entrega de una briosa partitura cinematográfica de indudable riqueza. En el 2017 tuve la oportunidad de verla ejecutada en vivo por la Orquesta Sinfónica Nacional y con la proyección de la cinta en la majestuosa sala de Bellas Artes en la Ciudad de México.
Escuchen y deleiten sus oídos con esta bellísima obra:
Si por curiosidad quieren ver la película, aquí está:
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