lunes, 29 de agosto de 2011

Cápsula Bíblica 196

La Iglesia, desde los primeros tiempos, se ha nutrido, en la Liturgia, de la lectura de la Sagrada Escritura, por eso la acogemos con mucho respeto y al mismo tiempo con mucho amor. La Biblia contiene lo que Dios quiere decir a sus hijos, que peregrinamos por la tierra hacia la Patria Celestial. Además, la Sagrada Escritura junto con la Eucaristía, es también el Alimento Espiritual que el Padre nos da para nutrirnos, en el camino hacia Él (Jn 6,22-66). Conviene entonces que, no sólo comunitariamente, sino de manera personal, tengamos un contacto con la Palabra de Dios en la lectura de la Biblia y con la Eucaristía en la visita particular al Santísimo Sacramento.

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