Quien ha leído a Gilbert Keith Chesterton, estará de acuerdo conmigo en que todos los cuentos que hizo con el Padre Brown como personaje principal son encantadoras. Es uno de los mejores personajes de los libros de detectives ingleses, similar a Sherlock Holmes, o a Hércules Poirot y la Srta. Marple de Agatha Christie. Los cuentos en torno al padre Brown son muy interesantes, principalmente porque no siempre son crímenes los que se resuelven, sino simplemente situaciones que parecen extrañas para todos, menos para el Padre Brown.
En las historias detectivescas de este singular personaje hay un rasgo que llama la atención: el protagonista no es un detective privado, ni un policía, ni siquiera un aficionado a resolver crímenes; ¡es un sacerdote católico!, toda una provocación cuando se escribieron, dado que Chesterton situó además a este sacerdote defensor del Papa en plena Inglaterra anglicana, y ni siquiera se preocupó de hacerlo simpático a los lectores.
Chesterton fue un escritor inglés de principios del siglo XX, que cultivó, entre otros géneros, la narrativa, el ensayo y la crónica periodística. Tal vez su novela “El hombre que fue Jueves” es su escrito más famoso y, sin duda alguna, el personaje más participativo en sus cuentos, es el Padre Brown. Este personaje protagonizó más de cincuenta historias, que fueron publicadas en volúmenes aparecidos entre 1911 y 1935. Además, el Padre Brown fue llevado en más de una ocasión al cine.
Esta semana quiero recomendar leer alguno de estos cuentos, por lo menos el tercer título de los cinco que integran la serie completa de Chesterton sobre el padre Brown, llamado “La Incredulidad del Padre Brown” y en donde uno encuentra, en medio de una lectura interesante, mucho material que le hace ponerse a pensar hasta llegar, con el padre Brown a desentrañar los enigmas que se proponen.
Para crear este personaje Chesterton se inspiró en el Padre John O'Connor (1870 - 1952), cura párroco de Bradford, Yorkshire, quien estuvo relacionado con su conversión al catolicismo en 1922. De esta vinculación dejó constancia el propio O'Connor en su libro de 1937 “Father Brown on Chesterton”. El Padre Brown es un sacerdote católico de apariencia ingenua cuya agudeza psicológica lo convierte en un formidable detective. De aspecto rechoncho, "antiguamente en Cobhole, Essex, y que ahora trabaja en Londres", va acompañado de un enorme paraguas y suele resolver los crímenes más enigmáticos, atroces e inexplicables gracias a su profundo conocimiento de la naturaleza humana antes que por el razonamiento lógico.
Los relatos que componen "La incredulidad del Padre Brown" son “La flecha del cielo” –la historia de un crimen entorno a un misterioso Cáliz-; “El oráculo del perro” -¿Puede un animal prever un asesinato?- y “El fantasma de Gideon Wise” –el más extraño ejemplo de la teoría de la coartada-. En cada uno de estos cuentos, el Padre Brown se presenta como humilde, inofensivo y hasta algo desorientado, pero estas apariencias no tardan en caer, ya que el sacerdote logra resolver en cada caso el misterio en torno al cual gira la historia.
Después de la lectura de este libro, uno entiende por qué Chesterton fue apodado “el príncipe de las paradojas”. En estos relatos policíacos tampoco faltan la ironía, el misterio ni la intriga, así como una sutil crítica a la sociedad materialista de sus tiempos. El autor causó revuelo en aquel entonces cuando se convirtió al Catolicismo, manifestando abiertamente su fe, incluso en sus obras de ficción. ¡Aquí tienen mucho para leer!
En las historias detectivescas de este singular personaje hay un rasgo que llama la atención: el protagonista no es un detective privado, ni un policía, ni siquiera un aficionado a resolver crímenes; ¡es un sacerdote católico!, toda una provocación cuando se escribieron, dado que Chesterton situó además a este sacerdote defensor del Papa en plena Inglaterra anglicana, y ni siquiera se preocupó de hacerlo simpático a los lectores.
Chesterton fue un escritor inglés de principios del siglo XX, que cultivó, entre otros géneros, la narrativa, el ensayo y la crónica periodística. Tal vez su novela “El hombre que fue Jueves” es su escrito más famoso y, sin duda alguna, el personaje más participativo en sus cuentos, es el Padre Brown. Este personaje protagonizó más de cincuenta historias, que fueron publicadas en volúmenes aparecidos entre 1911 y 1935. Además, el Padre Brown fue llevado en más de una ocasión al cine.
Esta semana quiero recomendar leer alguno de estos cuentos, por lo menos el tercer título de los cinco que integran la serie completa de Chesterton sobre el padre Brown, llamado “La Incredulidad del Padre Brown” y en donde uno encuentra, en medio de una lectura interesante, mucho material que le hace ponerse a pensar hasta llegar, con el padre Brown a desentrañar los enigmas que se proponen.
Para crear este personaje Chesterton se inspiró en el Padre John O'Connor (1870 - 1952), cura párroco de Bradford, Yorkshire, quien estuvo relacionado con su conversión al catolicismo en 1922. De esta vinculación dejó constancia el propio O'Connor en su libro de 1937 “Father Brown on Chesterton”. El Padre Brown es un sacerdote católico de apariencia ingenua cuya agudeza psicológica lo convierte en un formidable detective. De aspecto rechoncho, "antiguamente en Cobhole, Essex, y que ahora trabaja en Londres", va acompañado de un enorme paraguas y suele resolver los crímenes más enigmáticos, atroces e inexplicables gracias a su profundo conocimiento de la naturaleza humana antes que por el razonamiento lógico.
Los relatos que componen "La incredulidad del Padre Brown" son “La flecha del cielo” –la historia de un crimen entorno a un misterioso Cáliz-; “El oráculo del perro” -¿Puede un animal prever un asesinato?- y “El fantasma de Gideon Wise” –el más extraño ejemplo de la teoría de la coartada-. En cada uno de estos cuentos, el Padre Brown se presenta como humilde, inofensivo y hasta algo desorientado, pero estas apariencias no tardan en caer, ya que el sacerdote logra resolver en cada caso el misterio en torno al cual gira la historia.
Después de la lectura de este libro, uno entiende por qué Chesterton fue apodado “el príncipe de las paradojas”. En estos relatos policíacos tampoco faltan la ironía, el misterio ni la intriga, así como una sutil crítica a la sociedad materialista de sus tiempos. El autor causó revuelo en aquel entonces cuando se convirtió al Catolicismo, manifestando abiertamente su fe, incluso en sus obras de ficción. ¡Aquí tienen mucho para leer!
Puedes descargar o leer los cuentos:
Gilbert Keith Chesterton,
"La incredulidad del padre Brown"
Ed. Círculo de Lectores
Barcelona 1957
223 páginas
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