domingo, 5 de agosto de 2012

SOBREVIVIR PARA CONTARLO... ¡Qué libro, qué historia, qué pasión por Dios!

La hermana Armandina Berlanga M.C. —a quien me une una bellísima amistad de muchos años, además de que formamos parte de la misma Familia Misionera fundada por la Beata María Inés Teresa—, me prestó un libro de esos que se deboran y que dejan huella en el alma, se trata de "Left to Tell" (me prestó la edición en inglés), que en español se llama “Sobrevivir para contarlo” escrito por Immaculée Ilibagiza, con la ayuda de Steve Erwin y publicado en 1996. Este libro cuenta la historia de cómo esta mujer africana se enfrentó a uno de los más grandes genocidios que hayan ocurrido en el mundo; aquel que sucedió en un lugar del África Central, lejano y desconocido por muchos, Ruanda, mismo que colinda con Uganda, Burundi, la República Unida de Tanzania y la República Democrática del Congo.

Ruanda había sido colonizado hacía muchos años atrás por los alemanes y los belgas, quienes se encontraron con que aunque estaban en una sola nación, había tres grandes tribus racialmente diferentes: los Hutus, que eran la mayoría, los Tutsis y los Twa, estos dos últimos minoría en orden decreciente. Con la colonización, los colonizadores se encargaron de acentuar esas diferencias raciales que en un primer momento radicaban, en particular, en la estatura y el ancho de la nariz, siendo así que los Hutus eran más bajos de estatura que los Tutsis y con la nariz más ancha. Los Twa, por su lado, eran una minoría de una especie de pigmeos.

Antes de ser colonizado, Ruanda era gobernado por un rey Tutsi, que había mantenido la paz y la armonía durante varios siglos. Cuando los gobernantes Tutsis exigieron más libertad y poder a los invasores, éstos se molestaron mucho y alentaron a los Hutus a la toma violenta del poder, durante la cual hubo un gran baño de sangre. Ya instalados los Hutus en el gobierno, una gran cantidad de Tutsis derrotados fueron exiliados. Los Tutsis que se quedaron se convirtieron en ciudadanos de segunda clase. Es más, en las escuelas los profesores pasaban lista de acuerdo a la tribu a la que pertenecían los estudiantes. Con el pasar de los años, los descendientes de los Tutsis en el exilio formaron el Frente Patriótico Ruandés (FPR), con el objetivo de regresar a Ruanda y arrebatar el poder a los Hutus.

En 1994, el país se hundió más y más en el odio étnico posterior a la firma de paz por parte de su presidente (un hutu) llegando a algunos acuerdos de mejoría para los Tutsis. Sin embargo, el avión en donde viajaba el Presidente de Ruanda Habyarimana, junto al presidente de Burundi Ntaryamira, fue derribado y eso ocasionó consecuencias fatales.

Los medios de comunicación gubernamentales acusaron a los Tutsis de asesinar al Presidente e iniciaron una campaña mediática de odio e intolerancia contra ellos, llamándolos “cucarachas” e incitando a todos los Hutus a exterminar a sus compatriotas Tutsis. Entonces, se desató el gran genocidio que trajo como consecuencia la muerte de más de 800 mil personas, que en su mayoría eran en su gran mayoría pertenecientes a la etnia Tutsi y algunos Hutus conservadores que no ayudaron a eliminarlos.

En estas duras circunstancias Immaculée Ilibagiza (la autora del libro) se enfrentó al holocausto, el cual se llevó consigo a dos de sus hermanos, a sus padres y la casa en donde habitaban. Ella sobrevivió escondiéndose varios meses en un pequeño cuarto de baño, junto a otras mujeres.

La historia en el libro, por supuesto, es conmovedora y está escrita en un lenguaje muy sencillo que va llevando al lector a vivir cada momento con intensidad. Su principal mensaje es el inmenso deseo de vivir de Immaculée, la denuncia del genocidio y la manera de cómo logró ella superar el gran dolor de perder a casi toda su familia y de ver a su país devastado.

“Sobrevivir para contarlo” es una historia en la que Immaculée Ilibagiza, ayudada por Steve Erwin, narra desde su propia vivencia personal, el drama y la crueldad que los humanos somos capaces de inducir a nuestros semejantes; pero también habla del espiritú de sobrevivencia, del amor que surge ante la adversidad, de la solidaridad de propios y extraños, de la capacidad de resistir, mediante la fe, ante las realidades adversas. Extremas.Immaculée Ilibagiza fue galardonada en el 2007 con el reconocimiento The Mahatma Gandhi por la Paz.

Hoy continua —aunque ya no públicamente— la rivalidad entre los Hutus y los Tutsis. Aunque sea una visión, quizás utópica, la mejor guía de los habitantes ruandeses es hacer un llamado a la unión, para así, darle un espacio a la reconciliación de ambas etnias. Esto es lo que realmente anhelan cada uno de los habitantes de Ruanda y de todos los países del mundo.Immaculée trabaja en la ONU, vive en los Estados Unidos con su esposo y sus dos hijos. Parte de las utilidades recaudadas por la venta de su libro es destinada a la fundación benéfica Sobrevivir para Contarlo, la cual ayuda a los niños de África a llevar una mejor vida.

Por ahora el libro se consigue en librerías y no lo veo disponibvle en pdf. ¡Vale la pena leer este libro, además de saborear el prólogo escrito por Wayne Dyer!


Immaculée Ilibagiza,
"Sobrevivir para contarlo",
Ed. Tomo,
México 2012 (3° Edic.)
317 páginas.

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