domingo, 6 de abril de 2014

«Carlos de Foucauld, Itinerario Espiritual»... un modelo de vida para el misionero y el contemplativo de hoy

La fama y la devoción por el beato Carlos de Foucauld (Estrasburgo, 15 de septiembre de 1858 — Tamanrasset, 1 de diciembre de 1916) aumentan cada día más. Juan Pablo II lo beatificó el 13 de noviembre de 2005 y sus escritos y oraciones son ejemplos para muchos, que, inquietos como Carlos, están buscando a Dios y lo encuentran en la sencillez de una vida de oración, de contemplación de servicio en las pequeñas cosas en tierras de misión.

Me parece que vale la pena escrutar la vida de los hombres que Dios propone a nuestro tiempo, como es el caso de este beato que tiene tanta similitud con la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, por aquello del amor a la misión, a la oración, a la contemplación y al servicio en las cosas pequeñas. 

En el caso de Carlos Foucauld, hay un libro de Jean François Six (quien escribió otro llamado "EL testamento de Carlos de Foucauld) que  muestra qué ha de ser para nuestra generación este amador apasionado de Jesús y, por mi parte, con la lectura de este libro que saboreé, quiero invitarlos a descifrar el mensaje que la Providencia nos transmite a través de la vida del hermano Carlos.

El camino de espiitualidad que Carlos de Foucauld propone, está fielmente dibujado en esta obra de Jean François Six . El autor se hallaba especialmente calificado para este estudio. Cuando escribió este libro, tiempo antes de la beatificación del hermano Carlos, tenía a su disposición no solamente los escritos espirituales de Carlos de Foucauld ya publicados, sino también su extensa correspondencia, todas sus anotaciones relativas a la meditación diaria y los días de retiro espiritual, las disertaciones teológicas, los escritos fundamentales y la correspondencia privada que se ha conservado. 

La descripción de el escritor hace de la personalidad de Carlos es imprsionante. Él era un laico descreído que, en Paris, se convierte por la perseverancia de un sacerdote y de ahí se lanza a una muy especial acción misionera, que no ha sido fácil de comprender. Y ahora este libro marca los compases de su más autentica existencia que pasó, en principio, desapercibida para sus propios biógrafos y debates. Hace algunos años Dios me permitió visitar y orar en aquella Iglesia, incluso en la oficinita donde él se confesó con aquel sacerdote que lo animó a emprender un camino que ahora siguen mucho.

El autor hace un escrupuloso y exhaustivo análisis de tos textos sin que esto canse al lector. Realiza el examen, hasta ahora más profundo, de las transformaciones anímicas, en relación con la conversión de Foucauld (octubre de 1886). Describe su noviciado en una Trapa de Notre Dame des Neiges y, seguidamente, en Akbés (Siria; su vocación sacerdotal; sus estudios teológicos en Roma (1886). Luego continúa con la vida de ermitaño que vivió en Nazaret; los primeros tiempos después de la ordenación sacerdotal (1901); el apostolado como eremita en Beni-Abbés (1901-6) y, finalmente en Tamanrasset (1906-16) hasta su muerte.

Con las diversas agrupaciones, que componen hoy su descendencia espiritual, uno se halla como sorprendido del arrastre de un hombre que no propuso ninguna espiritualidad nueva, sino la de tomar en serio el Evangelio en la vida de cada día.

No sé cómo describir claramente la vocación de este beato... ¿Monje o misionero? Un hombre callado que vivió entre los tuareg sus últimos años; un espacio de tiempo que habla de un ardor por evangelizar a quien tenga enfrente.

Carlos de Foucauld evolucionó en su visión del apostolado entre los árabes y los tuareg. El autor señala que no sólo tardó varios años en llegar a la fe, sino que aún después fue conducido lentamente hasta comprender lo que Dios quería exactamente de él. Son quizás los distintos jalones de su itinerario, que no siempre guardan una continuidad lineal, los que lo han convertido en un personaje controvertido. De lo que no cabe duda es de su influencia actual. En el Sahara Argelino, el devoto sacerdote, enamorao profundamengte de Jesús Eucaristía, quizo fundar una Congregación Religiosa pero nadie perseveró con él. ¡Murió sin ver aquella obra que hoy está integrada por miles! En septiembre de 1933 cinco jóvenes sacerdotes franceses, uno de ellos, René Voillaume, se instalaron en el Sahara (Argelia) para vivir según el espíritu de Carlos  de Foucauld: este fue el comienzo de la fraternidad de los Hermanos de Jesús.

La discusión sobre si Foucauld fue un monje o misionero continúa... En el libro se muestran las múltiples facetas de una vocación que el mismo protagonista fue dilucidando durante su vida, trucada por una muerte violenta abrazando a Jesús Sacramentado ante su pecho, cuando sorpresivamente fue asesinado por los Turaegs. 

Jean-François Six es un afamado especialista en dos grandes figuras: Teresa de Lisieux, sobre la que ha escrito "Una luz en la noche", "Los 18 últimos meses de Teresa de Lisieux" y Carlos de Foucauld, cuya correspondencia con el padre Huvelin descubrió en 1954 y sobre cuya figura y escritos no ha dejado de trabajar desde entonces.


Jean Francois Six,
"Carlos de Foucauld, Itinerario Espiritual"
Ed. Herder,
Barcelona 1978,
378 páginas.

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