domingo, 13 de abril de 2014

«LAS TRES EDADES DE LA VIDA INTERIOR»... Un clásico de espiritualidad que enseñó a san Juan Pablo II y a muchos más

La canonización de los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II es ya inminente. Esta semana quiero recomendar a mis 8 seguidores, una de las obras maestras de espiritualidad de nuestra época que considero que todo mundo debería leer y en la cuál estudiaron estos dos grandes santos de nuestros tiempos. Juan XXIII para la elaboración de algunos documentos del Concilio Vaticano II y Juan Pablo II para algunas de sus encíclicas. Es un compendio preciso y profundo —además de accesible— de las principales fases que las almas suelen atravesar en su relación con Dios.

El autor del libro, Réginald Garrigou-Lagrange O.P., nació en Francia el 21 de febrero de 1877 y murió en Roma el 15 de febrero de 1964. Fue un dominico francés, teólogo y filósofo. Es considerado por muchos como el mayor tomista católico del siglo XX. Fue profesor en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, comúnmente conocido como el "Angelicum", en Roma desde 1909 hasta 1960.

En 1917 se creó en ese centro de estudios una cátedra especial en la teología ascética y mística para él, la primera de su tipo en todo el mundo. Su gran logro fue sintetizar los escritos altamente abstractos de Santo Tomás de Aquino con los escritos experienciales de San Juan de la Cruz, que muestran la forma en que están en perfecta armonía unos con otros.

Definitivamente, este gran filósofo y Teólogo, es mejor conocido por su teología espiritual. Su obra magna en el campo es este tratado de «Las tres edades de la vida interior», en el que propuso la tesis de que la contemplación infusa y la vida mística resultante están en la forma normal de la santidad de la perfección cristiana. Esto influyó en la sección titulada "Capítulo V: la llamada universal a la santidad en la Iglesia" en la Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia, «Lumen Gentium», dándo ese «aire espiritual» a la Iglesia, que tanto anhelaba san Juan XXIII y que quería que entrara a la Iglesia para mantenerla siempre fresca.

Él enseñó a muchos otros teólogos católicos eminentes durante su carrera académica, el más ilustre es, tal vez san Juan Pablo II, cuya encíclica "Fides et Ratio" es el fruto maduro de su entrenamiento bajo las enseñanzas Dominicana.  El Osservatore Romano (9-10 dic, 1950) lo pone entre las listas de la comisión preparatorio para la definición de la Asunción de María.

La obra es un tratado de ascética y mística expuesto en forma esquemática, siguiendo a Santo Tomás de Aquino, San Juan de la Cruz y San Francisco de Sales. En este libro se pueden encontrar las fuentes de la vida interior y su fin, la purificación, elevación y perfección del alma en los principiantes, adelantados y perfectos en su camino de búsqueda y posesión de Dios de una manera sencilla y accesible.


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