Dmitri Dmitrievich Shostakovich (San Petersburgo, 1906-Moscú, 1975) de quien ya comenté una de sus obras, la séptima sinfonía "Leningrado" fue un compositor que no tuvo mucha suerte con el contexto histórico y político que le tocó vivir en su querida Rusia primero, y pronto en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Pero sí tuvo la dicha y el honor de coincidir en el tiempo con unos descomunales intérpretes que estrenaron, propagaron y dignificaron (y algunos de los cuales fueron dedicatarios de algunas de sus obras) en vida del compositor sus pentagramas, difundiéndolos y defendiéndolos con pasión en sus cada vez más frecuentes salidas de la URSS con el advenimiento del Deshielo. Y que fueron, todo sea dicho, unos auténticos privilegiados por vincular para siempre su nombre con el del gran compositor ruso-soviético.
La obra que hoy presento, fue interpretada desde su composición, en 1922, pero poco se ha escrito sobre la misma y casi no se interpreta en conciertos. Shostakovich recibió de su madre, una pianista profesional, las primeras lecciones de música, por eso su manera de componer para piano es tan bella, el piano le acompañó desde pequeño. En 1919 ingresó al Conservatorio de Música de Petrogrado donde estudió hasta 1925, de manera que esta suite la compuso cuando era estudiante. Su primera obra musical importante fue la Sinfonía 1, op. 10, compuesta a los diecinueve años; con ella se graduó en el Conservatorio y atrajo el interés del público hacia su obra.
Tras la graduación, inició una doble carrera como compositor y pianista, pero su estilo frío de interpretación no fue muy aplaudido, así que limitó sus actuaciones a aquellas en las que tocaba su propia obra. Aunque el estilo shostakovichiano todavía estaba por definirse, su «SUITE PARA DOS PIANOS EN FA SOSTENIDO MENOR OP. 6» ya daba muestras de vitalidad y una riqueza melódica excepcional. Se trata de una composición armónica con un estilo sencillo y directo, aunque tal vez difícil de interpetar por la sincronía que hay que guardar entre los dos pianos.
El piano ocupó un importante papel a lo largo de la vida de Shostakovich: para este instrumento escribió sus 24 Preludios y Fugas, dos Sonatas, los ciclos de Preludios op.34, las Danzas Fantásticas, los Aforismos, además de otras piezas para dos pianos y piano a cuatro manos; el instrumento, además, aparece en numerosas obras de cámara, en los dos Tríos, en diversos ciclos de canciones e incluso en obras sinfónicas. Los invito a escuchar esta composición temprana de uno de los grandes maestros del siglo XX
I. El preludio:
Pero sí tuvo la dicha y el honor de coincidir en el tiempo con unos descomunales intérpretes que estrenaron, propagaron y dignificaron (y algunos de los cuales fueron dedicatarios de algunas de sus obras) en vida del compositor sus pentagramas, difundiéndolos y defendiéndolos con pasión en sus cada vez más frecuentes salidas de la URSS con el advenimiento del Deshielo. Y que fueron, todo sea dicho, unos auténticos privilegiados por vincular para siempre su nombre con el del gran compositor ruso-soviético.
La obra que hoy presento, fue interpretada desde su composición, en 1922, pero poco se ha escrito sobre la misma y casi no se interpreta en conciertos. Shostakovich recibió de su madre, una pianista profesional, las primeras lecciones de música, por eso su manera de componer para piano es tan bella, el piano le acompañó desde pequeño. En 1919 ingresó al Conservatorio de Música de Petrogrado donde estudió hasta 1925, de manera que esta suite la compuso cuando era estudiante. Su primera obra musical importante fue la Sinfonía 1, op. 10, compuesta a los diecinueve años; con ella se graduó en el Conservatorio y atrajo el interés del público hacia su obra.
Tras la graduación, inició una doble carrera como compositor y pianista, pero su estilo frío de interpretación no fue muy aplaudido, así que limitó sus actuaciones a aquellas en las que tocaba su propia obra. Aunque el estilo shostakovichiano todavía estaba por definirse, su «SUITE PARA DOS PIANOS EN FA SOSTENIDO MENOR OP. 6» ya daba muestras de vitalidad y una riqueza melódica excepcional. Se trata de una composición armónica con un estilo sencillo y directo, aunque tal vez difícil de interpetar por la sincronía que hay que guardar entre los dos pianos.
El piano ocupó un importante papel a lo largo de la vida de Shostakovich: para este instrumento escribió sus 24 Preludios y Fugas, dos Sonatas, los ciclos de Preludios op.34, las Danzas Fantásticas, los Aforismos, además de otras piezas para dos pianos y piano a cuatro manos; el instrumento, además, aparece en numerosas obras de cámara, en los dos Tríos, en diversos ciclos de canciones e incluso en obras sinfónicas. Los invito a escuchar esta composición temprana de uno de los grandes maestros del siglo XX
I. El preludio:
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