A 100 años de su nacimiento, Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, mucho mejor conocido como Juan Rulfo, (Sayula, Jalisco, 16 de mayo, 1917- Ciudad de México, 7 de enero, 1986) es un escritor que con una breve obra se constituye en un pilar de la literatura mexicana y universal; publicó su libro de cuentos El llano en llamas (1953), compuesto de 17 pequeños relatos, y la novela Pedro Páramo (1955). Quiero rendirle un pequeño homenaje comentando esta semana su novela «PEDRO PÁRAMO», la primera como tal y considerada como una de las cumbres de la literatura en lengua castellana por diversos escritores como Gabriel García Márquez, quien dijo que ninguna lectura lo había hecho sentir de ese modo desde que leyó "La metamorfosis" de Franz Kafka, Carlos Fuentes o Jorge Luis Borges, que comentó que «PEDRO PÁRAMO» es una de las mejores novelas de la Literatura Universal. Incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español El Mundo, esta obra literaria ha tenido traducciones a incontables idiomas, así como ha recibido numerosas adaptaciones al cine.
Esta es una novela mexicana de los años cincuenta que pretende sumergir al lector en las raíces del realismo mágico desde una nueva e interesante perspectiva. Juan Rulfo, de quien ya hablé cuando comenté su libro de cuentos «El Llano en Llamas», muestra aquí su grandeza literaria; esa fantasía que juega con la realidad en un contrapunto fascinante, con una cierta manera kafkiana, como dice Gabriel García Márquez. La incesante búsqueda de su joven protagonista, Juan Preciado, para desvelar sus orígenes se realiza a través de la superposición de breves e inquietantes fragmentos narrativos.
A pesar de la aparente desorganización de la novela, una lectura atenta permite descubrir una novela con dos grandes tramas paralelas. La primera narra el diálogo en la tumba entre Juan Preciado y Dorotea, la segunda es la biografía, casi siempre en tercera persona, de Pedro Páramo, cacique de Comala. Ambas tramas se complementan. Precisamente este análisis indica los nexos o puntos de convergencia de las dos narraciones.
El caminar que Rulfo hace por las veredas que transitan sus personajes, lo convierte en una especie de reportero o narrador, que alimenta el mensaje que nos quiere transmitir con hechos que se van presentando. Todo en esta novela parece transcurrir en una serie de transformaciones oníricas, ahondando más allá de la muerte de los personajes, que, de repente, uno no sabe si son sueño, vida, fábula, verdad, pero a los que se les oye la voz a través de la perspicacia de tan extraordinario escritor. El mismo Juan Rulfo justifica el aparente caos temporal que se experimenta al leer, afirmando que «los hechos humanos no siempre se dan en secuencia». Me parece muy interesante la presencia de la lluvia, ya al final del relato, situación que permite conjeturar la llegada de un futuro nuevo, distinto a las oscuridades que se han vivido.
La obra de Juan Rulfo es una lograda muestra de la recuperación de las estructuras peculiares del imaginario latinoamericano que siempre ha estado presente en la mente y el corazón de los escritores de América Latina, como en el ya finado Gabriel García Márquez o Isabel Allende en la literatura actual.
Pedro Páramo y los cuentos recopilados bajo el nombre de "El llano en llamas", constituyen –salvando un par de cuentos y otra novela corta «El gallo de oro»)– todo lo que Juan Rulfo publicó en vida. Como justificación de esta escasa actividad literaria, no faltándole talento, el propio escritor explicó que, al morirse su tío Celerino, tuvo que dejar la literatura al ser este quien le contaba las leyendas de las poblaciones que con él visitaba.
Les invito a leer «PEDRO PÁRAMO».
Juan Rulfo,
"Pedro Páramo"
Ed. R.M.
136 páginas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario