En tiempos de Arcangelo Corelli, (1653 - 1713) la vida de un músico independiente en Roma era sin duda precaria. La actividad musical, en gran parte privada, estaba reducida a aquella que los patrones ricos pudieran financiara los músicos. Pero Arcangelo resultó ser un hombre que corrió con buena estrella. Desde que emergió en Bolonia a los diecisiete años, Corelli permaneció siempre al amparo de mecenas adinerados e influyentes. Dos cardenales y una reina (Cristina de Suecia) vieron por él y le dieron más que lo necesario para una vida digna, solicitando su música que, además, premiaban generosamente.
A lo largo de su exitosa carrera publicó cuatro colecciones de sonatas a trio y una colección de sonatas para violín y bajo. En 1714, a un año de su muerte, un editor de Amsterdam, célebre por publicar a Haendel bajo cuerda, logró rescatar una colección de doce conciertos algunos de los cuales reconstituyó sobre la base de movimientos escritos por Corelli en el pasado reciente o lejano. Son sus célebres Concerti Grossi del Opus 6.
De los doce conciertos del Opus 6, los primeros ocho se reconocen como Concerti da Chiesa (o de iglesia). Los restantes son Concerti da Camera. La distinción reside, siguiendo la tradición de la sonata da chiesa o da camera, en el número de movimientos que exhiben, generalmente mayor en los concerti da chiesa (cuatro o seis). En el caso del concierto que hoy les invito a escuchar y que no les llevará mucho tiempo, son cuatro, en secuencia alternada lento-rápido: 1. Adagio – allegro, 2. Adagio, 3. Vivace y 4. Allegro – giga: presto.
No dejen de escuchar esta bella música.
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