sábado, 28 de diciembre de 2019

Cápsula Bíblica 3217

Dios no es alguien que está sentado en el cielo mirando sin hacer nada, sino que mediante su designio divino ha intervenido en la historia del hombre. Este designio comporta una “pedagogía divina” particular: Dios se comunica gradualmente al hombre, lo prepara por etapas para acoger la Revelación sobrenatural que hace de sí mismo y que culminará en la Persona y la misión del Verbo encarnado, Jesucristo (CEC 53). Así pues, primero escogió al pueblo de Israel y obró maravillas con ellos. Luego nos envió a Jesús, el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz (Flp 2,6-8).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario