¿Es posible volverse santo en una soledad carente de afectos? ¿Se puede conocer el mundo desde una biblioteca? ¿Se puede amar sin cambiar? Estas preguntas son el cuestionamiento que envuelve esta novela de Ettore Mesina, el periodista , escritor y político italiano, que esta semana quiero comentar. Mesina es considerado como uno de los mayores expertos italianos en la historia y los problemas de América Latina, además de que en su país de origen fue Presidente del Comité de Derechos Humanos por un buen tiempo.
Enclavada en un pequeñísimo poblado de la cordillera de los Andes llamado "El Sagrado Corazón de María" que vive de la minería o más bien sobrevive —porque si no fuera que había en él dos curas, cualquiera diría que era un lugar olvidado de la mano de Dios—, esta novela nos presenta la historia de Simón, el hijo de un cruel caballero descendiente de los conquistadores del lugar y de una madre neurótica y posesiva.
Además de Simón Velázquez Caballo en la historia aparecen también una maestra de sombreritos floridos que lucha con el analfabetismo —pues a los dueños de la mina solo les interesa que los trabajadores «lean» los instructivos de las máquinas— y los piojos con idéntico tesón. Un párroco muy santo y un vicario que no se ve que quiera serlo. Una muchacha indígena enamorada del hijo del patrón, este extraño joven cuyo drama interior sólo ella es capaz de comprender. Hay también chamanes, gendarmes, mulatas, aventureros, dos simpáticas gemelas, procesiones y muchas cosas más con las que la vida de un pequeño poblado suele ir pasando el día a día.
Simón es prisionero de este pequeño mundo interior, abigarrado e inmóvil en el tiempo, que es descrito por Mesina con un lenguaje fuerte y rudo, como es el que se habla en los pueblos, describiendo muchos momentos de comunidad hasta descender en los momentos más íntimos de la vida de cada personaje.
Ettore Mesina, en esta novela corta, que se lee en un día o dos tal vez, y es de esos escritos que, quitando lo que no conviene guardar en la mente y el corazón —algunas descripciones innecesarias— hace volar la imaginación al pueblo, a la mina, a la situación de las familias pobres, a la parroquia y a los sentimientos que alberga el corazón de cada uno de los personajes que invitan a reír y llorar con ellos en una historia que no es sino la recreación de un cuento clásico de amor donde un joven rico, con un impedimento, y una joven humilde, aunque instruida, son paradigma de la fuerza intrínseca a la pureza de un sentimiento.
¿La moraleja? No hay temor, por más profundo, que el amor no venza.
Ettore Mesina,
"El vuelo del pájaro",
Ed. Grijalbo,
México 1999,
140 páginas.
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