En los últimos tiempos, todos, hombres y mujeres, hemos visto cómo da vueltas en la conciencia de muchos creyentes la pregunta por la identidad del hombre y de la mujer. El movimiento feminista ha fortificado la autoconciencia de muchas mujeres, pero esto ha suscitado la perplejidad e inseguridad en los hombres. A la luz de algunas figuras bíblicas masculinas, Anselm Grün, el conocido monje benedictino, sacerdote y escritor de quien ya he comentado algo, nos muestra cómo puede el varón encontrar su propia identidad en estos tiempos de confusión, uniendo dos elementos: la lucha y el amor. Quien solamente lucha —afirma Grün— corre el peligro de volverse duro e insensible. Quien solamente ama —asegura con sum a verdad— propende a potenciar sólo su parte afectiva de ternura. Las dos virtualidades pertenecen a la masculinidad. Como luchador, el hombre es capaz de amar. Y su lucha necesita el amor, para que no se convierta en un combate rabiosamente ciego.
En este libro, que los invito a leer, el padre Anselm dice que «No se trata de que el hombre haga todo perfecto, sino de que se atreva a vivir la vida sin esconder errores, sino aprendiendo de ellos. Si el hombre lucha, una y otra vez quedará herido. No hay que hacer caso omiso de las propias heridas, porque estas forman parte del camino de crecimiento y autodefinición. Las heridas del hombre, como ser humano y como hombre en cuanto tal, por su género, le capacitan para amar, pues no hay ningún amor sin heridas.
Encuadrando a todo hombre en 18 arquetipos diferentes de hombres de la Biblia, hombres concretos y con su historia específica, Grün nos va llevando por la masculinidad de hombres de carne y hueso, hombres con una historia de éxitos y de fracasos que en su existencia han experimentado rupturas a pesar de ser varones llenos de vigor. Estos mismos personajes, son mostrados como hombres que no dejan también de ser débiles, que caen, que pierden en la batalla pero quese levantan de nuevo tras la caída. Hombres capaces de amar, aun cuando en su camino de amor vivan altibajos, aciertos y fallos. Con 18 figuras masculinas Anselm Grün quiere ayudar a los lectores varones a desarrollar su propia masculinidad y a aceptarse como hombres, con todas las fuerzas y con todas las debilidades. Los hombres de la Biblia —dice— nos invitan a asumir la propia vida quebradiza y a modelarla según la forma que Dios tiene pensada para cada uno. No tenemos que ajustamos a ningún esquema. Se trata más bien de emprender el camino por el que Dios nos envía a cada uno.
Grün incita a todo hombre —y como dice él, a las mujeres que quieran leer el libro— a entrar en contacto con la fuerza masculina, con la agresividad, con la sexualidad, con la disciplina, pero también con las pasiones que todo verón lleva adentro desde que llega a este mundo como tal, pues nadie llega a este mundo sin ser hombre o mujer —salvo muy excepcionales casos de genética que se han dado a lo largo de la historia en el hermafrodismo—. La condición de masculinidad, bien realizada —dice Grün— preservará a todo varón de una vida aburrida encontrando cada día más y más gusto en la propia masculinidad. ¡Así lo creo y soy muy feliz de ser hombre y vivir como tal!
Anselm Grün,
"Luchar y amar",
Ed. San Pablo,
México, 3a ed. 2013,
190 páginas.
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