martes, 30 de agosto de 2016

Cápsula Bíblica 2018

Algunos de los primeros padres de la iglesia son conocidos como «Apologistas» (de la misma palabra griega). Estos hombres defendieron la fe cristiana contra las acusaciones de sus enemigos. Ellos escribieron cartas o libros en defensa de la fe. Uno de los apologistas más conocidos es san Justino Mártir. El creyente debe defenderse en vista de las acusaciones falsas que se levantan contra él y la fe. Es interesante que en la antigua Atenas cada ciudadano tenía que defenderse personalmente si era acusado o llevado a juicio. En esos tiempos no había abogados en la antigua Grecia. Una persona no podía contratar a un abogado para que lo defendiera. Tenía que hacerlo por sí mismo. El creyente es responsable de hacer una defensa personal. Nadie puede hacerlo por él. En 1 Pedro 3,16 (el contexto inmediato) los creyentes eran acusados falsamente por los inconversos: “…sean avergonzados los que calumnian su buena conducta en Cristo.” Los creyentes hemos de estar siempre preparados para dar defensa en vista de falsas acusaciones.

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