domingo, 21 de agosto de 2016

«EL PSICOANALISTA»... La novela de suspenso que leí completita gracias a mi sobrino Paco

En una de mis vueltas a Monterrey, mi sobrino Paco —hijo de mis primos Francisco y Manuela— me retó a leer este libro, ya que yo lo había retado a que leyera "Abrazar el éxito", de Adriana Macías. Acepté el libro que me prestó y la novela me atrapó, porque me acordé de las diversas novelas de suspenso que he leído de la inolvidable Agatha Cristie. 

«EL PSICOANALISTA» es una historia galopante, con un protagonista que evoluciona mucho a lo largo del libro y un misterio muy bien tejido que se extiende a 20 años atrás. Frederick es un psicoanalista que al celebrar 53 años de vida, recibe la misiva más extraña de toda su vida, hay un paciente al que no pudo ayudar, alguien de su pasado que está decidido a vengarse de una manera perversa. La carta tiene como objetivo plantearle un reto que habrá de realizarse en quince días, Rick debe descubrir el nombre de aquel autor anónimo o escoger el suicidio, de no hacerlo sus familiares irán muriendo lentamente uno a uno. El presunto asesino le explica que lo ha estado observando y que llegó a la conclusión que matarlo sería muy fácil, por eso prefiere que él mismo se suicide. La carta está firmada por un tal Rumplestiltskin, quien junto con sus secuaces lleva a cabo una serie de acciones para arruinar la vida de Ricky, desde meterse con sus finanzas hasta desprestigiarlo en su trabajo y, obviamente, terminar volviéndolo paranoico. 

Aunque al principio Rick piensa que la carta es una broma de mal gusto, pronto va descubriendo, al sucederle tantas peripecias tan tremendas, que no es así y que debe enfrentar la realidad. Encerrado en un juego mental dónde lleva las de perder, el psiconanalista va dando palos de ciego mientras ve su vida desmoronarse rápidamente porque aparecen enemigos por todas partes, arruinando su hogar, su profesión, sus finanzas y su estabilidad mental.

Ricky, tras haber pasado los 15 días, prepara su propia muerte y se crea una identidad falsa "Richard Lively", el cual vivía pacíficamente en un cuarto de estudiantes. Lively tenia muchos trabajos y vivía bien. Sin embargo había otra identidad completamente opuesta, "Frederick Lazarus". Mientras que Lively vivía en el anonimato y en paz, Lazarus era el encargado de seguir con el juego de Rumplestiltskin, se había informado de todo lo que pudiera ser necesario, desde la falsificación hasta como asesinar a una persona. En muchas ocaciones fue a varios lugares con disfraces para investigar mas sobre la identidad de Rumplestiltskin. Para después hacerle un aviso de que seguía vivo. 

John Katzenbach, el autor, es dueño ya de una larga trayectoria como periodista especializado en temas judiciales, trabajo que ha compaginado con la escritura. Con «EL PSICOANALISTA» sorprendió al mundo con un thriller tan impactante que, además de convertirse en un best seller inmediato, elevó a su autor a la categoría de maestro del suspenso psicológico. Un «autor extraordinario construyendo mundos», añade el Washington Post Book World. Es la primera novela que leo de este autor.

¡Mil gracias sobrino, tardé un poco más de lo esperado en leer la novela, porque está bastante larga, pero valió la pena! La disfruté mucho, me gustó el estilo de Katzenbach, que no conocía, recorde, como digo, a Agatha Cristie, sobre todo por el estilo sencillo, pero cuidado; perfecto para este estilo de novelas, ya que combina diálogo y narración a la perfección y además, porque, como en las novelas de Agatha Cristie, el final me dejó satisfecho.



John Katzenbach,
"El Psicoanalista",
Ed. B.
U.S.A. 2002,
528 páginas.

1 comentario:

  1. Me encanto la reseña dejas la ventana abierta a cualquier otro lector que no ha probado al buen Katzenbach, es un libro abierto a pensar en cuanto nuestras acciones pueden llegar a afectar a un tercero, de como quedamos completamente encajados en una rutina; en donde si te descuidas puedes quedarte ahi, ademas de cierta manera como no dejarnos engañar por algún tercero que anda acechando nuestras vidas.

    Nuevamente fascinante.

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