Aram Jachaturián, pese a haber nacido en 1903 en Tiflis, siempre se consideró un compositor armenio. En 1929 ingresó en el conservatorio de Moscú y tres años más tarde se unió al Sindicato de Compositores y en 1930 se casó con la compositora y compañera de estudios, Nina Makarova.
Estos días pasado he escuchado nuevamente la suite «Masquerade», y quiero compartir algo de esto con ustedes, mis queridos seguidores.
Jachaturián fue el primer compositor armenio en alcanzar fama internacional y de hecho el himno nacional armenio lleva su firma. Dotado de un prodigioso sentido melódico, Jachaturián bebió de las fuentes populares armenias a la hora de componer su música, muy caracterizada por los frecuentes ostinati, con acordes de cuarta y quinta que se inspiran en la apertura del saz armenio, y la elevada improvisación de sus desarrollos melódicos a la manera de una inacabable rapsodia. Su aportación al ballet, en la tradición de Rimski-Korsakov y Stravinski, es fundamental para el estudio de la música rusa. En definitiva, un gran compositor que justamente se revaloriza día a día.
La historia de esta obra es así: A Jachaturián se le pidió que escribiera la música para una producción titulada «Masquerade», una producción del mismo nombre del poeta y dramaturgo ruso Mikhail Lermontov . Jachaturián compuso esta música incidental y la obra se estrenó el 21 de junio de 1941 en el Teatro Vakhtangov en Moscú producida por el director Ruben Simonov.
Se dice que de toda esta música fue el famoso tema del vals, la parte que le dio a Khachaturian muchos problemas en su creación: movido por las palabras de la heroína de la obra, Nina: "¡Qué hermoso es el nuevo vals! ... algo entre pena y alegría se apoderó de mi corazón", el compositor se esforzó por encontrar un tema que fuera hermoso y nuevo. Su antiguo profesor, Nikolai Myaskovsky intentó ayudar a Jachaturián dándole una colección de romances y valses de la época de Lermontov; Aunque no inspiraron de inmediato, Jachaturián admitió que "si no hubiera sido por la búsqueda ardua" del estilo apropiado y la inspiración melódica, no habría descubierto el segundo tema de su vals que actuaba "como un eslabón mágico, permitiéndome Para sacar toda la cadena ... El resto del vals me llegó fácilmente, sin ningún problema. Jachaturián dedicó el vals a la actriz que dio vida a Nina, Alla Kazanskaya. La suite no se estrenaría en su versión para gran orquesta hasta 1944 en Moscú.
La composición se abre con la que es junto con el Adagio de Spartacus y la Danza del sable de Gayaneh la pieza más famosa de Jachaturián, un vals apasionado que queda en la memoria del oyente desde la primera vez que lo escucha. El Nocturno hace honor a su nombre, con su carácter ensoñador sostenido en la melodía que corre a cargo del violín con el que dialogan por momentos las maderas. La Mazurca tiene un carácter festivo y luminoso al que aporta un plus de brillantez la graciosa y repetida llamada de las flautas. En la suave Romanza volvemos al clima del Nocturno de la mano de la melodía de la cuerda puntuada por las maderas a la que responderá suavemente la trompeta. Cierra la suite un brillantísimo Galop basado en dos temas y que incluye, como un respiro, una breve cadenza para clarinete.
Un dato histórico: «Masquerade» fue la última producción puesta en escena por el teatro antes de la invasión de la URSS por Alemania , y el ciclo de producción fue cortado.
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