Ustedes saben que mi compositor preferido de música clásica mexicana es el sonorense Arturo Márquez Navarro (n. Álamos, Sonora, 20 de diciembre de 1950), un hombre reconocido por utilizar formas y estilos musicales mexicanos e incorporarlos en sus diversas composiciones y que fue galardonado en el 2009 con el Premio Nacional de Bellas Artes de México.
Esta semana me he deleitado el oído volviendo a escuchar una y otra vez su obra para arpa, percusión y cinta: «SON A TAMAYO».
En 1995, para el "Primer Encuentro Latinoamericano de Arpa", se encarga a Márquez componer una obra y el compositor entrega esta obra elegante y refinada que escapa de todo lo que se había venido realizando anteriormente, según lo impuesto por las hegemonías occidentales. Profundamente actual y por supuesto con el toque "mexicano" que Márquez suele imprimir, la obra sigue un ritmo tripartito característico en muchas de las obras de Arturo: rápido—lento—rápido incorporando a la pieza toques caribeños y veracruzanos. La cinta, con un fondo de metales salseros y el ritmo de las percusiones, hacen que el arpa luzca en todo su esplendor y que el piano, siguiendo a ésta, le de un toque de especial elegancia a la pieza.
Márquez estudió parte de su carrera musical en el Instituto de Artes de California becado por la Fundación Fulbright entre 1988 y 1990, y fue allí donde se introdujo en la música por computadora, el jazz, la música contemporánea y la latina, lo cual influirá en su posterior obra. Por eso en esta, y en otras de sus composiciones, Arturo logra composiciones maravillosas que mezclan los ritmos populares con técnicas modernistas apoyando el uso de instrumentos por una cinta magnetofónica.
Les invito este Domingo a escuchar esta obra de la música clásica contemporánea y orgullosamente mexicana que nutre nuestros oídos de nuevas sonoridades con la personalidad exquisita y vibrante de Arturo Márquez Navarro, mientras envío un saludo muy cariñoso a mi amigo el maestro y arpista José Enrique Guzmán, a quien admiro por su pasión a la música, a su familia, a la cocina y a la vida... ¡Saludos maestro y te recuerdo al escuchar el arpa! El maestro José Enrique asistió al estreno de esta obra y luego la interpretó en uno de los festivales de música de mi natal Monterrey.
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