Alguna otra vez he dicho que la guitarra es un instrumento difícil de interpretar en la música clásica o música culta, ya que en sí, no forma parte de la plantilla permanente se una orquesta sinfónica y ciertamente no hay muchas obras para guitarra, por dos razones fuertes. La primera es porque la sinfónica actual —salvo la adición de unos cuantos instrumentos— sigue siendo la misma desde hace siglos, cuando las guitarras aún no estaban totalmente desarrolladas. Segundo, porque la guitarra es un instrumento «íntimo» que no tiene mucho volumen ni proyección sonora como el violín y otros instrumentos. En realidad son muy pocas las obras para guitarra.
Me encontré este concierto de Mauro Giuliani y no dudé en compartirlo con ustedes agregándolo a mi colección de música. Se trata del «Concierto No. 1 op 30 para guitarra y orquesta». Claro está que al ver esta obra, me topé con este compositor maravilloso. Su nombre completo es Mauro Giuseppe Sergio Pantaleo Giuliano. Giuliani (como es conocido), nació en Bisceglie, Italia, el 27 de julio de 1781 y murió en Nápoles el 8 de mayo de 1829. Como compositor tiene obras tan importantes como cuatro conciertos para guitarra y orquesta , el 30, 36 y 70 se conservan, el 129 (que es el cuarto) está perdido. Creó también una serie de fantasías, opus 119-124, «Les Rossinianes», varias sonatas para violín y guitarra, un método, un quinteto, y algunos dúos para voz y guitarra. El primer instrumento que aprendió a tocar fue el violoncelo, un instrumento que nunca abandonó completamente a lo largo de su vida. Estudió también el violín, más tarde se dedicó a la guitarra y llegó a ser un virtuoso en poco tiempo dejando 151 composiciones para este instrumento tan difícil, como he dicho, de integrar a la orquesta.
Fue en Viena donde Giuliani se hizo famoso, al igual que los mejores de los numerosos instrumentistas que actuaban en la capital austríaca a principios del siglo XIX. Viena era, en esta época, la capital europea de la música; Giuliani pronto se dio a conocer, se introdujo en los medios musicales de la ciudad, como profesor de guitarra, publicó obras, ofreció conciertos. La historia cuenta que en 1819 se fue de Viena, principalmente por razones personales para establecerse en Roma, en donde tuvo poco éxito; publicó algunas composiciones y dio solamente un concierto. A partir de julio de 1823 hizo frecuentes viajes a Nápoles para estar con su padre, que estaba enfermo de gravedad. En ese período, que podríamos llamar el período napolitano de Giuliani, actuó frecuentemente en dúo con su hija Emilia, que se había convertido en una buena guitarrista. A fines de 1828 la salud de Giuliani empezó a decaer y falleció en Nápoles el 8 de mayo de 1829 a los 47 años.
Su obra actualmente encierra un enorme interés. Digamos ante todo porque se le atribuye el haber sido el primero en escribir para guitarra «polifónicamente», es decir, dirigiendo las plicas de las notas en distintos sentidos con el fin de indicar con más precisión las diferentes voces de la obra a ejecutar. El «Concierto No. 1 op 30 para guitarra y orquesta» es, definitivamente, el más bonito y difícil de interpretar, con un retardo cromático ascendente y descendente que caracteriza a este compositor. Este concierto está divido en tres partes: Allegro maestoso, Andantino (Siciliana) y Polonaise (Allegretto). ¡Disfrútenlo!
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