domingo, 7 de enero de 2018

«HACIA EL ABSOLUTO»... La vida de Pier Giorgio Frassati

Uno de los beatos jóvenes menos conocidos es Pier Giorgio Frassati, un italiano nacido el 6 de abril de 1901 de una rica familia de Turín, en Italia. Su padre fue el fundador del periódico «La Stampa», en el que se divulgaban ideas liberales, no ciertamente favorables a la Iglesia y llegó a ser embajador de Italia ante Alemania, lo cual permitió a la familia el vivir y establecer amistades en el mundo alemán.

Pier Giorgio recibió en casa una muy buena educación, pero sin una fe vivida. Al iniciar la adolescencia sintió una fuerte necesidad de conocer más el Evangelio, de ser un cristiano al cien por ciento. Por eso fue miembro de un gran número de asociaciones católicas. Cuando llegó a la Universidad, percibió un ambiente hostil contra todo lo que oliera a católico y no dudó en promover actividades espirituales entre los universitarios. A veces a riesgo de más de algún choque violento con grupos intolerantes. Además del trabajo con los jóvenes universitarios, Pier Giorgio dedicó mucho tiempo a los más necesitados, a los pobres, a los enfermos. Encontró además tiempo para acompañar a un sacerdote dominico que daba catequesis a los niños de un barrio obrero para defenderle ante los insultos y agresiones de algunos comunistas amenazadores.

Su vida es apasionante: compromiso social, compromiso político, compromiso militante en numerosas organizaciones católicas, especialmente en los grupos de universitarios católicos. Compromiso, como dijimos, entre los más necesitados. Casi siempre llegaba tarde a casa, muchas veces sin dinero. No dudaba en prescindir del tranvía para dar lo ahorrado a quien puduiera necesitar una limosna. Visitar a los pobres —decía— es ¡visitar a Jesús!

Entre los pobres la providencia tenía prevista la llegada de la hora definitiva. Un día de finales de junio de 1925, el peligro se hace realidad. Pier Giorgio (Pedro Jorge en español) contrae, después de una de sus visitas, una poliomielitis fulminante. En su casa, sin embargo, no le hacen mucho caso, pues apenas tiene 24 años y es un joven robusto. Además, la abuela se encuentra muy grave, y todos están volcados sobre ella. Sólo cuando ya se encuentra en una situación dramática, sus padres se dan cuenta y reaccionan. Demasiado tarde. Pidió a su hermana Luciana que tomase de su habitación una caja con inyecciones, y escribió encima de ella la dirección de la persona a la cual había que llevar la medicina que él ya no utilizaría más. La muerte le llegó el 4 de julio de 1925. Los funerales fueron dos días después en medio de una explosión de cariño y afecto hacia un joven que había vivido para los demás. Fueron estos los momentos en que sus padres se dieron cuenta realmente quién era su hijo. Pier Giorgio Frassati fue declarado beato por san Juan Pablo II el 20 de mayo de 1990.

Acabo de leer el libro sobre su vida titulado «HACIA EL ABSOLUTO» y escrito por el padre Primo Soldi, un sacerdote italiano y escritor de Turín. No digo más, y dejo que quede la inquietud de leer su vida en esta o en otra de las biografías de este hombre que intercede, así lo siento, por tantos y tantas jóvenes alejados de Dios en la época actual.


Primo Soldi,
"Hacia el absoluto",
Ed. El Ratín de Biblioteca, A.C.,
México 1991,
126 páginas.

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