domingo, 22 de abril de 2018

Cápsula Bíblica 2618

El tercer libro del Pentateuco, que es el Levítico, puede parecernos hoy muy extraño. ¿Qué nos interesan a nosotros todas esas prescripciones que regulan detalladamente los sacrificios judíos? Pero hay que entender que lo esencial de este libro de la Sagrada Escritura está revelado en la «ley de santidad» en el capítulo 19 cuando dice: «Sean santos, porque yo, el Señor, soy Santo». Este texto nos recuerda que es imposible separar la actitud para con Dios de la actitud para con el prójimo. La única manera de responder al don de la libertad concedido por Dios es convertirnos en espacio de santificación para los demás.

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