La obra se divide en cuatro secciones dedicadas respectivamente a la soledad, la felicidad, el amor y la depresión. Salvo la última mencionada, estas secciones están conformadas por artículos independientes entre sí, escritos en un lenguaje que comunica las reflexiones del autor de una manera directa, concisa y muy legible, apoyando sus afirmaciones en una amplia cultura literaria, con citas de escritores y pensadores de todo tipo, comenzando por los propios fundadores del ensayo francés, Pascal y Montaigne, hasta autores como Kierkegard, Víctor Hugo, Norbert Elias, etc.
Se trata, pues, de una serie,de ensayos de filiación académica pero de vocación popular, dada su brevedad y sencillez expositiva, pues es un libro de apenas 107 páginas que se pueden leer de corrido. En algunos pasajes, la prosa de Bryce se asemeja bastante a la de los textos de divulgación científica; en otros, por el contrario, al analizar sentimientos y emociones de personajes provenientes de obras literarias poco conocidas (las novelas de Jens Peter Jacobsen o André Gidé) reina lo culto y elitista. Entre esos dos extremos, —opuestos irreconciliables—, quienes conozcan la obra de Bryce echarán de menos su brillante sentido del humor, que asoma tímidamente en apenas unas cuantas páginas de este libro con un tema tan serio y tan de actualidad.
La sección correspondientes a la depresión contiene un solo texto —Del humor, del dolor y la risa (Crónica de una depresión)— el más extenso del libro y el único escrito en el estilo más característico del autor: narrador en primera persona (el acostumbrado anti-héroe bryceano) que emplea un lenguaje torrencial y lleno de digresiones. De por sí sabemos que Bryce Echenique es un maestro de la palabra, a la que domina y recrea, concediéndole nuevos significados. Su fino humor es reconocido tanto en América Latina como en Europa. Todas sus obras están llenas de personajes que él conoció personalmente.
Como indica el título de esa sección sobre la depresión, no se trata de un ensayo sino de una especie de relato para ser leído públicamente, ya que en realidad es el texto de una conferencia. Su interés es más que nada testimonial —y eso alienta—, pues el autor cuenta una gran crisis depresiva que tuvo a los 30 años de edad, además de la gran amistad que hizo con el psicoanalista que lo ayudó a superarla.
En líneas generales, los textos de «Entre la soledad y el amor» se mueven entre el ensayo y el testimonio, y nos hablan tanto de la literatura y las letras de hace un siglo como de la experiencia de la soledad y el amor en la sociedad globalizada y posmoderna de hoy. Para quien no conozca a Bryce, la lectura de este libro es como referente obligado para el estudio de la propia obra de Bryce, pues aquí se aclaran detalles de su narrativa, además de revelarse ciertas fuentes e influencias literarias.
El escritor está de acuerdo con los críticos que han dicho que los cuatro temas principales de su obra son "el amor, la soledad, la enfermedad (la depresión, muy concretamente) y la felicidad" y por eso los ensayos recogidos en «Entre la soledad y el amor» pretenden ser, según sus propias palabras, "una meditación cuando menos honda sobre el núcleo ardiente de mis libros pero también sobre lo que yo considero cuatro experiencias fundamentales de todo ser humano". El mundo de Bryce Echenique, como no podía ser de otro modo, es el de todos nosotros.
¡Vale la pena leer esta obra!
Alfredo Bryce Echenique,
"Entre la Soledad y el Amor",
Ed. Debate,
México 2006,
106 páginas.
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