Esta semana quiero recomendar la lectura del libro «En ti vivimos, Señor», un libro de Manuel J. Fernández Márquez, S.J., que es Licenciado en Filosofía y Teología por la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. Por más de 25 años ha combinado su labor en la enseñanza con la pastoral y desde hace más de 10 año se dedica, en exclusiva, a acompañar a las numerosas personas que acuden a los Ejercicios Espirituales que dirige, a sus cursos de "Vida y contemplación" y a los Grupos nacidos a la sombra de dichos cursos. También es autor de varios libros y de estuches de audio para la oración y la meditación.
Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos. Las bienaventuranzas dibujan el rostro misericordioso de Dios y describen su amor llevado hasta el extremo; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas paradójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos.
La bienaventuranza de los misericordiosos es una exigencia moral. El Reino de los cielos es la recompensa prometida a aquellos que practicasen en su vida las exigencias de la misericordia. La gran novedad de estas bienaventuranzas de Jesucristo, está en prometer su ingreso —en la fase que sea— a los que practiquen la misericordia con todos los hombres, sin excluir a nadie, ni por su condición social, económica, ni por raza o pueblo de origen.
Manuel J. Fernández Márquez, S.J.
"En ti vivimos, Señor",
Ed. San Pablo,
Madrid 2004,
248 páginas.
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