«Hombrecitos» sigue la vida de Jo Bhaer y de los estudiantes que viven y aprenden en la Escuela Estatal de Plumfield, la cual dirige ella junto con su marido, el Profesor Bhaer.
Los traviesos niños aprenden valiosas lecciones a medida que se van convirtiendo en caballeros y damas, la mayor parte de ellos felices y con sus vidas encaminadas.
La historia comienza con la llegada de Nathaniel “Nat” Blake, un tímido y callado huérfano con un enorme talento para ejecutar el violín y cierta tendencia a decir mentiras. A través de sus ojos, la escritorta invita a echar un vistazo de la mayor parte de los personajes, desde los niños de los Bhaer hasta otros compañeros de clase.
La escritora nos comparte la vida de Nat desde el Día de Acción de gracias en que llega a la singular escuela. Cada estudiante tiene su propio rasgo negativo: Nat miente, Demi es un soñador que vive fuera de la realidad, pero es adorado por su madre y hermana, y jura que será como John Brooke (marido de Meg) cuando este muera, Emil tiene mal genio, Dan es rebelde y grosero, Tommy es descuidado (una vez prende fuego la casa), Annie alias Nan, es demasiado perezosa, Daisy arrogante, etc, pero todos juntos aprenderán a convivir con sus defectos medida que van creciendo.
Alcott, durante su infancia y adolescencia, compartió la pobreza de su familia y sus ideales trascendentalistas. La educación inicial de Alcott incluyó lecciones del naturalista Henry David Thoreau, pero mayormente recayó en las manos de su padre. También recibió instrucción de escritores y educadores como Ralph Waldo Emerson, Nathaniel Hawthorne, y Margaret Fuller, todos amigos de la familia, cosa que influyó no sólo en esta novela, sino en casi toda su literatura, incluida la conocidísima «Mujercitas», que antecede a esta obra y que es la que le dió fama mundial.
«Hombrecitos» detalla las personalidades y maneras de sus sobrinos, los cuales vivían con ella en Orchard House, en Concord.
Los sueños, el amor, la esperanza, la lealtad y la familia, son algunos de los valores que se destacan y aún hoy, un siglo después de haber sido publicada, la lectura de esta obra puede tocar fibras íntimas de quien quiere luchar por vivir los valores que si en aquel entonces se empezaban a perder, hoy muchos no saben dónde han quedado.
Esta semana recomiendo, pues, la lectura de esta novela que conserva una tremenda e inquietante actualidad. Alcott escribió esta y otras novelas con lucidez, ternura y con el anhelo de dejar algo útil a los lectores y lo logró. Esas son y serán siempre las bases a partir de las cuales se puede escribir una gran novela en pocas líneas, una novela perdurable y trascendente como «Hombrecitos»
Aquí puedes leerla
Louise May Alcott,
"Hombrecitos",
Editores Mexicanos Unidos,
México 2008,
159 páginas
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