miércoles, 10 de abril de 2013

Cápsula Bíblica 785

En el Antiguo Testamento, los israelitas estaban acostumbrados a mirar mucho al pasado, recordando las cosas maravillosas que Dios había hecho por ellos. A partir del profeta Amós (s. VIII a.C.), empezaron a mirar también con expectativa hacia un grande acontecimiento futuro, un día de lucha y de victoria del bien sobre el mal, que sería la solemne manifestación de Dios. Ese día será de alegría para los buenos, pero de humillación para los malos, fue llamado el Día del Señor, o de Yahvé. En el Nuevo Testamento está unido a la solemne manifestación de la segunda venida gloriosa de Jesucristo. Respecto de ese Día del Señor se encuentra también, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la simple expresión “aquel día”. En Ap. 1, 10 el día del Señor es el domingo (palabra que viene del latín, dominicus, del Señor). 

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