domingo, 11 de agosto de 2013

Cápsula Bíblica 908

Jesús nos enseñó a llamar Padre a Dios, y Juan nos dijo que Dios es Amor; sin embargo, ya en el Antiguo Testamento encontramos manifestaciones de estos atributos de Dios. Los Salmos y los Profetas nos ofrecen abundantes muestras de la actitud paternal y amante de Yahvé para con su pueblo: "El me invocará: Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación" (Sal 88, 27). "Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo... Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer" (Os 11, 1.4). "Porque tu esposo es tu Hacedor... En un arranque de furor te oculté mi rostro, pero con amor eterno te he compadecido" (Is 54, 5.8).

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