La «Sinfonía Nº 10 en mi menor» Op.93 de Dmitri Dmítrievich Shostakóvich (1906-1975), es una obra compuesta probablemente, de acuerdo con las cartas del compositor, entre julio y octubre de 1953, pero hay quienes afirman que tenía avanzada la sinfonía en 1951, por lo que parece que solo trabajó en la partitura de forma urgente e intensa tras la muerte del dictador Stalin, después de rescatarla del cajón del escritorio donde guardaba las composiciones que no se ajustaban a las directrices del partido. Lo cierto es que se estrenó en Leningrado el 17 de diciembre de 1953. Esta semana les invito a escuchar esta obra casi autobiográfica, simbolizando la libertad conseguida después del fallecimiento de Stalin, que representa grotescamente en la obra.
El primer movimiento de ls pieza, «moderato», empieza con las cuerdas graves anunciando el primer motivo temático. El clarinete añade un nuevo elemento y más tarde la flauta interpreta en su registro bajo un tercer tema, acompañada por violines y violas. Elementos se emplean en un extenso desarrollo con un ambiente depresivo y sombrío que hace crecer la música hasta llegar a un dramático clímax. La recapitulación empieza de un modo tranquilo sin abandonar su carácter oscuro. Las notas del piccolo terminan la coda con gran tranquilidad.
El segundo movimiento, «allegro», es un violento scherzo, realizando un grotesco retrato de Stalin. representado con la ferocidad de su música. El tema principal está formado por tres notas ascendentes y la sección de percusión aumenta el vivo ritmo de este breve fragmento.
El tercer movimiento, «allegretto», tiene como tema el basado en el famoso motivo DSCH, el lema que representa al propio compositor. Para ello traduce su nombre al alemán como Dmitri Schostakowitsch, tomando luego la primera letra de su nombre, la D, y las tres primeras del apellido, SCH. Luego transforma estas letras en notas según el alfabeto musical alemán, D, S = Es, C, H. Algo parecido habían realizado anteriormente Bach y Liszt con sus propios nombres. Traducido a nuestras notas musicales nos queda, re, mi bemol, do, si.
Estas notas pertenecen a la tonalidad do menor armónica que aumenta un semitono en la séptima, de este modo el si bemol nos pasa a si y resulta genial al escucharlo en el cuarto movimiento, «Andante - Allegro» para cerrar la obra.
La Décima sinfonía es el más claro ejemplo del dominio de la técnica y de los recursos compositivos de Shostakovich, en la que aúna por un lado la mas refinada tradición sinfónica en cuanto a estructura y composición con el manejo de códigos y referencias contextuales. ¡Disfrútenla!:
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