domingo, 11 de febrero de 2018

Cápsula Bíblica 2548

En la Biblia hay más de 1,700 referencias a joyas y piedras preciosas. Recogemos de varios pasajes de la Sagrada Escritura que muy temprano los Orientales se las apropiaron para diversos usos ornamentales: anillos, brazaletes, gargantillas, collares. Las coronas de los reyes, sus vestidos y los de sus oficiales y sacerdotes, eran adornados con piedras preciosas. Los hebreos obtenían sus piedras preciosas de Arabia, India y Egipto. En la época del Éxodo, Egipto estaba inundado de riquezas, y sabemos que antes de salir de allí los israelitas se apoderaron de muchas piedras preciosas, según el mandato de Dios (Éx 3,22;12,35-36). Más tarde, cuando se establecieron en Palestina, podían obtener fácilmente piedras de las caravanas mercantes que viajaban desde Babilonia o Persia a Egipto y las de Saba y Ramá a Tiro (Ez 27,22). Salomón incluso equipó una flota que volvía de Ofir cargada con piedras preciosas (1 Re 10,11).

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