Una carta pastoral es una carta abierta firmada por un obispo o conferencia episcopal dirigida al clero o laicos de su diócesis, o a ambos, conteniendo tanto consejos generales, instrucciones o consolaciones, como direcciones para como comportarse en circunstancias particulares. En la Iglesia católica estas cartas son también y en especial, enviadas en ciertas épocas del calendario litúrgico para animar al pueblo a vivir determinadas cuestiones. Pues hace poquito llegó a mí un libro titulado: «CLAVES DE LA CONVERSIÓN: ESPERANZA, MISERICORDIA, FIDELIDAD», compuesto por tres cartas pastorales retocadas levemente por su autor, Juan María Uriarte, el español que fue obispo de Zamora entre 1991 y 2000 y de San Sebastián entre 2000 y 2009 y quien acaba de celebrar a inicios de este año el 60 aniversario de su ordenación presbiteral.
El libro recoge, como digo, tres cartas pastorales que al inicio de la Cuaresma el obispo dirige a sus feligreses y en las que el autor nos recuerda que cristiano equivale a vivir en permanente estado de conversión y resalta las dimensiones principales de esta actitud esencial de la existencia cristiana personal y comunitaria y que para Uriarte son como un leitmotiv que resuena constantemente en su mente y en su corazón. Es una especie de sinfonía sobre estas tres palabras clave del vocabulario cristiano para vivir la conversión. A cada una de ellas dedica una de las partes de su obra.
En la primera parte hace una reflexión sobre el perfil humano y cristiano de la esperanza, la «hermana pequeña» de la vida teologal, que como dice Péguy tira de la fe y la caridad por las cuestas de la vida. Así nos invita el autor a «aprender a esperar».
La segunda parte nos presenta la visión de lo que es la misericordia y la presenta como un hilo de seda para suturar las heridas de cada uno y de la sociedad donde se desarrolla la trama de nuestras vidas. Vivimos una sociedad necesitada de misericordia, como bálsamo del perdón y fuerza que restaura las grandes relaciones: con Dios, Padre de misericordia, con los hermanos y con toda la estructura social. La misericordia estimula —nos recuerda Uriarte— una «caridad ingeniosa», como decía el beato Pablo VI.
Finalmente, en la tercera parte, el obispo Juan María nos pone ante el espejo de nuestras grandes elecciones. «Fervientemente estimada en el pasado…, el concepto de fidelidad se ha oscurecido», dice. Mirando la fidelidad de Dios, retratamos la imagen de nuestra propia fidelidad. Vemos la distancia, pero no se provoca en nosotros un desasosiego desesperado. La fidelidad de Dios estimula nuestra respuesta fiel: «Nos invita a perseverar en la fidelidad, a mantener la ilusión de los comienzos en una versión más madura, menos sensible, más auténtica. Cada día se estrena la fidelidad».
¡Un buen libro para leer en la Cuaresma ya inminente!
Juan María Uriarte,
"Esperanza, misericordia, fidelidad",
Ed. PPC,
Madrid 1996,
202 páginas.
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