La Biblia recomienda que todo se haga siempre decentemente y con orden, y que al cambiar algo bueno, estemos seguros que siempre es por algo mejor, y no a la inversa. Así que siempre debemos ir a metas más altas de santidad. Cuidemos pues de no ser fácilmente arrastrados a formas raras que hoy están en boga gracias a la influencia del New Age. Cuidemos nuestra manera de pensar y de actuar y no seamos conturbados ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de inspiración divina (Romanos 14,10-13;15,1-3;2 Ts 2,2).
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