domingo, 22 de mayo de 2011

La Quinta Sinfonía de Beethoven... ¡No puede pasar desapercibida!

Este domingo toca el turno a la Quinta Sinfonía de Beethoven, una sinfonía en do menor, Opus 67, que fue compuesta entre 1804 y 1808. Esta sinfonía es una de las composiciones más populares y conocidas de la música clásica y una de las sinfonías más interpretadas por las orquestas del mundo entero.

Cuando Beethoven la compuso ya estaba llegando a los 40 años de vida, su vida personal estaba ya marcada por la angustia que le causaba el aumento de su sordera, pero, pese a esto, había entrado ya en un imparable proceso de “furia creativa”. Europa estaba marcada decisivamente por las guerras napoleónicas, la agitación política en Austria y la ocupación de Viena por las tropas de Napoleón en 1805.

La tonalidad de la Quinta Sinfonía, do menor, se considera frecuentemente como una tonalidad especial para Beethoven, específicamente «una tonalidad tempestuosa y heroica». Beethoven escribió varias obras en do menor cuyo carácter es bastante similar al de la Quinta Sinfonía. La obra consta de cuatro movimientos: empieza con un allegro de sonata, continúa con un andante y finaliza con un scherzo ininterrumpido, que comprende las dos últimas partes.

Desde su estreno en el Theater an der Wien de Viena el 22 de diciembre de 1808, dirigida por el compositor, la obra adquirió un notorio prestigio, que aún continúa en la actualidad. Es considerada, por muchos, como «una de las obras clásicas más importantes de todos los tiempos».

El primer movimiento se desarrolla alrededor de un tema que es tan sencillo como conocido. Tal vez lo conocido del tema nos hace ignorar lo sorprendente que debe haber sido en su época. Tres notas repetidas más una nota sostenida largamente, rompiendo el flujo rítmico. ¿Es esto un tema sinfónico? Más sorprendente aún es que Beethoven construye casi todo el movimiento y una buena parte de la sinfonía con sólo esto. Pero es que, en sus manos, este tema encierra un poder de transformación extraordinario.

Para escuchar, recomiendo mucho la versión de “The Hanover Band”, porque en ella se destacan pasajes enormes que en otras versiones no se escuchan. Beethoven escribió pasajes de enorme sutileza al lado de fortissimos o tutti, que en nuestras orquestas modernas no se escuchan. ¿Por qué los escribió Beethoven?, porque en tiempos de Beethoven, con los instrumentos a su disposición, y con las técnicas interpretativas, la afinación y demás aspectos, esos pasajes se escuchaban con absoluta claridad: con la absoluta claridad con que se escuchan en esta versión.


Disfrútenla, ya sea en el disco o escuchándola. 

Dejo solamente una probadita del video del primer movimiento dirigido por Bernstein:



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