domingo, 12 de mayo de 2013

Cápsula Bíblica 817

«Jesús, muerto injustamente y resucitado, fue exaltado, llevado a la gloria del Padre». Muchos pasajes del Nuevo Testamento proclaman esto: (Hch 2, 33-36; Rom 8, 34; Ef 4, 8-10). Lucas (Lc 24, 51; Hch 1, 9-11). La Sagrada Escritura nos ayuda a profundizar esta experiencia de fe; y lo hace por medio de una serie de símbolos. Durante 40 días la Iglesia se prepara para un nuevo modo de presencia del Señor resucitado (Hch 1, 3). Después «ante la vista de los apóstoles» (ellos están seguros de esto), Jesús es elevado al Cielo. Cumplió su misión; ahora él es Señor y Rey, «sentado a la derecha del Padre» (1 P 3, 22). 

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