jueves, 10 de julio de 2014

Cápsula Bíblica 1238

Entre las muchísimas cosas que la Biblia nos enseña, está la confianza que debemos de tener en Dios que nos guía, nos protege, nos acompaña. En el capítulo 40 del libro del Éxodo, los israelitas reinician su marcha en el desierto guiados por una nube, símbolo de la presencia de Dios. Ellos sólo se ponían en marcha cuando la nube se levantaba de la tienda del encuentro; si la nube no se levantaba, ellos entonces acampaban. Todo era imprevisto: ¿Dónde se detendría la nube? ¿Cuánto duraría allí? ¿Qué rumbo seguiría? En medio de esta incertidumbre, Dios fortalecía la fe del pueblo. Lo mismo sucede en nuestras vidas y hemos de ir descubriendo esa presencia de Dios que nos acompaña en diversas formas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario