domingo, 13 de septiembre de 2015

Cápsula Bíblica 1668

La historia bíblica está toda ella empapada de entusiasmo kerigmático, de modo que se encuentra en las antípodas (cosas contrarias) de una ciencia histórica. Los autores de la Sagrada Escritura, los evangelistas, no tratan con indiferencia el anuncio del que son portadores, sino con el encendido celo de predicar hasta desde los tejados (cf. Lc 12, 3). Sin embargo, justamente para que la fe que piden no sea mera credulidad, desde Jesús hasta los apóstoles, ofrecieron garantías, controles, criterios para discernir la verdad de los engaños, tal como ya también lo hicieron los profetas de Yahwé, con el fin de diferenciarse de los embaucadores: "Yo los entregaré en manos de Nabucodonosor... por haber hablado mentirosamente en mi nombre, sin que yo les mandara" (Jr 29,21.23).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario