martes, 22 de septiembre de 2015

Cápsula Bíblica 1677

¿Qué ocurre cuando los creyentes caemos sobre las preocupaciones al ver nuestros defectos y debilidades? Tal y como un poco de levadura hace que el pan aumente, los corazones de los humanos, incluso los justos, se cubren de la sombra de las preocupaciones. No hay nadie que no tenga preocupaciones. Todos las tenemos. Sin embargo, nuestro Señor dice en la Biblia: “No se inquieten, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán” (Mt 6,34). Lo que el señor dijo aquí es: “¿Te hace falta algo? Si te preocupa algo que te falta hoy, esa preocupación es suficiente y no tienes que preocuparte por lo que te hará falta en el futuro. No traigas los problemas del futuro al presente y no sufras por ellos anticipadamente”. El Señor dice que el mañana tendrá sus propios afanes.

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